Un Quijote de la industria de hospitales

Por Mildred Rivera Marrero

mrivera1@elnuevodiacom

Y, aunque su vida profesional tomó un rumbo empresarial, la misma creatividad que lo llevó a experimentar con el arte dramático ha sido el motor para gestar proyectos que a otros con menos imaginación y arrojo le parecerían quijotescos.

Fue por eso que Joaquín "Quino" Rodríguez García y su amigo Carlos M. Piñeiro juntaron $500 uno, y la misma cantidad, el otro, y fundaron lo que hoy es la cadena de hospitales HIMA-San Pablo. Fue así como después compraron dos hospitales a la vez, ya son cuatro en total. Y es así como hicieron la propuesta para administrar tres instituciones hospitalarias en Madrid, España, que les acaban de aprobar y por la cual obtendrán un contrato de 10 años. ¿Luego de eso? Pues, aspira a "plantar bandera" en República Dominicana.

Así lo cuenta el también principal oficial ejecutivo del consorcio hospitalario durante una entrevista en la que revela su carácter campechano y su gusto por contar anécdotas y en la que interrumpe su paso por el pasillo para saludar afectuosamente a médicos y empleados.

Nacido en Río Piedras, "cuando todavía era una ciudad", cuenta que viene de una familia grande, con tres hermanos y ocho tíos en total.

"De todos mis tíos, el más famoso era Guillermo Rodríguez Benítez, que fue presidente del Banco de Fomento tres veces y que cuando mi abuelo se murió fue el que mantuvo a la familia. No era el (hijo) mayor, el mayor era mi papá, pero mi papá no quería ganar dinero americano. (Mi papá) fue coronel de los Cadetes de la República de (Pedro) Albizu Campos. ¿Tú sabes cómo yo me enteré? Un día estaba al lado de él en un campo y vino un individuo y le dice: 'coronel' y lo saluda y se cuadra. Y pa' mí que papi no había sido ni Boy Scout... (ríe a carcajadas) y me hizo el cuento completo".

Él "salió un montón de veces con una poetisa famosa que murió en Nueva York... Julia de Burgos, que le dedicó una poesía. Yo no sé si eran novios, sencillamente eran amigos y ella le dedicó una poesía".

Sobre su papá abunda y dice que era arquitecto.

Y, ¿cómo vivía si no quería ganar dinero americano?, le pregunto.

"No, no. Pero después cambió. ¡Muchacho! (ríe a carcajadas). Eso era cuando vivía en Vieques. Después era un demócrata reventa'o".

¿Por qué no siguió la profesión de su papá?

"Por lo mismo que no seguí la profesión de Braulio Castillo ni de Elín Ortiz, porque uno se moría de hambre en esa época. ¡¿Ser arquitecto o artista?! Bueno, todavía los arquitectos no están muy bien, pero en aquella época se morían de hambre".

En lugar de eso, se inició en el mundo de los negocios y, cuando uno de ellos no tuvo éxito y se quedó sin empleo, los galenos dueños del extinto hospital San Rafael, de Caguas, lo llamaron para que los ayudara a levantar esa empresa. Sin saber nada de la industria de hospitales, trató de levantar un lugar en el que los murciélagos campeaban por su respeto y que, aunque ayudó a mejorar, no pudo salvar. Pero allí se gestó la génesis de HIMA.

Mientras estaba en el San Rafael, Rodríguez contrató a la empresa californiana Hyatt Medical Management para que lo asesoraran y, aún después de que el contrato terminó, mantuvo amistad con el presidente de esa compañía. Era nada más y nada menos que "el gordito de los Little Rascals (los pequeños traviesos)", recuerda Rodríguez.

"Cuando yo voy...

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