Rebelde del activismo comunitario

Les llama “regalos” a las lecciones de cada vivencia: la visión de mundo del activismo de sus padres, el ejemplo de católicos revolucionarios, la crudeza de la injusticia social que vio estando de misión en Guatemala, la universalidad de sus encuentros con el papa Juan Pablo II siendo delegada nacional a la Jornada Mundial de la Juventud de 1995... La consejera psicológica Brenda Santos Hernández dice que sus experiencias en proyectos de servicio comunitario a pacientes de sida, parejas en crisis, niños y jóvenes carentes de oportunidades le regalaron sensibilidad. Mientras, trabajar en la empresa social Grupo Comunitario de Reciclaje (GCR), en Humacao, le dio “la visión administrativa y de planificación que a los psicólogos ni a los trabajadores sociales nos enseñan”.

Con eso como base y los últimos 15 años en CREARTE, su actual directora ejecutiva se convirtió en una de las voces más sonoras contra los recortes multimillonarios de fondos públicos a organizaciones sin fines de lucro, esas que según Estudios Técnicos componen el 16% de la fuerza laboral del país, aportan más de 6.5% del Producto Nacional Bruto y sirven a casi un millón de ciudadanos. Entre esas, están las más de 140 que componen el movimiento “Una sola voz”, de cuya junta directiva es integrante. Pero lejos de limitarse a reclamar, desde el llamado “tercer sector”, impulsa el empresarismo social. Más de 20 años de labor desde la base de la sociedad, desde los hogares y las comunidades, le han mostrado que en Puerto Rico la diversidad social es la mayor riqueza y “el colectivo es el que tiene el poder”. Recuerda con lujo de detalles muchas historias de dolor y de triunfos, pero no puede pronunciar un solo nombre de líderes de gobierno que hayan dejado una huella trascendental en toda esa trayectoria.

Santos Hernández tiene una risa que contagia, pero igual transmite firmeza, sobre todo cuando revela cómo se siente despreciada por funcionarios y funcionarias que se comportan como si hicieran favores a las más de 100,000 familias para las que ha provisto servicios que las agencias no han podido brindar. Ni hablar de cuando se atreven a regatear por los que ofrece CREARTE como empresa social, entre ellos sus dos Centros de Desarrollo Integral para infantes y niños de dos meses a 5 años, la tienda de arte El Melao, la Academia Creativa (ofrece cursos artísticos y culturales), su sala experimental, el Ballet Folklórico CREARTE y la Clínica Externa de Servicios de Apoyo.

No hay espacio para la risa cuando recalca que poner en juego estos proyectos amenaza la estabilidad emocional y el sustento de familias que aprenden a valerse por sí mismas, así como familias de profesionales que optaron por servir al país desde ese frente de batalla aun cuando a veces tengan que llegar a casa sin el cheque de quién sabe cuántas quincenas.

Cotidianamente, Santos Hernández transita entre el hogar que comparte con su esposo e hijas, los centros de CREARTE en San Juan y Yabucoa, y el hogar de sus padres, en el que su progenitor prácticamente agoniza. Sin embargo, para esta mujer la carga más pesada es intentar que quienes administran los bienes colectivos respeten décadas de trabajo colectivo gestando posibilidades.

Llegó a CREARTE un año después de su fundación en 2001. En 2009, nació la Escuela Alternativa donde la promoción de grado está en 91% y unos 300 jóvenes ya completaron la superior. En 2014 crearon un segundo centro escuela en Yabucoa, y a partir de agosto ampliarán ambas...

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