¿Reformas estructurales o graduales?

GUSTAVO J. BOBONIS

Investigador del CNE

Me atrevo a conjeturar que hay dos factores de suma importancia que han limitado el que múltiples administraciones hayan logrado implantar las reformas "estructurales" propuestas en planes de este tipo. Primero, debido a la falta de concertación (explícita o implícita) entre grupos de interés para implantar este tipo de reformas. Segundo, debido a la falta de voluntad de administraciones gubernamentales para dar continuidad a programas y políticas públicas de posible valor para el país. Esto crea lo que muchos llaman una 'parálisis colectiva'. Como sabemos, Puerto Rico no está solo en esta circunstancia política - ejemplos desde la China Antigua hasta la experiencia reciente en la política de los Estados Unidos así lo demuestran.

En parte como respuesta a este tipo de tranque político, una de las corrientes principales de la economía del desarrollo en la última década - liderada por los economistas Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo del Massachusetts Institute of Technology (M.I.T.) - sugiere que puede ser más factible el llevar a cabo un proceso de reformas graduales. En su libro Poor Economics: A Radical Rethinking of the Way to Fight Global Poverty, los autores argumentan que la ausencia de reformas, o la implementación de reformas de impacto bajo, o nulo, es en muchos casos producto de la ignorancia acerca de las consecuencias socioeconómicas de las mismas. Ellos enfatizan en la necesidad de la experimentación y evaluación científica mediante proyectos pilotos que nos ayuden a comprender las consecuencias de programas y políticas públicas, antes de formularlas a gran escala.

Como ellos mencionan, este tipo de práctica ha sido exitosa tanto en países desarrollados como Estados Unidos y Canadá, como en países latinoamericanos vecinos (con niveles de desarrollo socioeconómico más bajos a los de Puerto Rico). Uno de los mejores ejemplos de este tipo de práctica es la del programa de asistencia social PROGRESA/Oportunidades en México, en vigor desde el año 1997.

Para mediados de esa década, un equipo de trabajo en las Secretarías de Hacienda y Crédito Público (Hacienda) y de Desarrollo Social (SEDESOL) concibieron la idea de crear un programa de asistencia económica para hogares pobres en la forma de becas para niños de edad escolar y de transferencias en efectivo para mujeres condicionadas en el monitoreo de salud de todos los miembros del hogar. Ésto con la idea de mejorar los niveles de educación y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR