Remueven artes de pesca del fondo marino

Poco más de 60,000 libras de artes de pesca han sido removidas del fondo marino en los pasados dos años y medio, como parte de un proyecto que atiende una de las principales amenazas para el entorno acuático y sus especies, así como para los recursos pesqueros.De esa cantidad de escombros, que equivale a 30 toneladas, la inmensa mayoría son nasas o cajas utilizadas mayormente para atrapar langostas y varias especies piscícolas. A menor escala, también se han removido trasmallos o redes de pesca.El proyecto es dirigido por la entidad sin fines de lucro Conservación ConCiencia, cuyo director ejecutivo, Raimundo Espinoza, indicó que el material extraído "llevaba años" perdido o abandonado en las profundidades."En las décadas de 1990 y 2000, hubo un cambio en las artes de pesca y se empezó más con el buceo, porque el mercado del carrucho empezó a crecer y así es que más se pesca. Ya no se veían tantas nasas en las villas pesqueras. Sin embargo, después del huracán María (en 2017), muchos pescadores reportaron que habían perdido sus nasas, y me sorprendió porque creía que era un arte que ya no se usaba tanto", dijo Espinoza a El Nuevo Día.Precisamente, el proyecto de remoción y eliminación de artes de pesca perdidos o abandonados surgió post-María. En octubre de 2017 y con el apoyo de The Ocean Foundation, Conservación ConCiencia sometió una propuesta y obtuvo el financiamiento de la National Fish and Wildlife Foundation, el Programa de Escombros Marinos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) y la compañía Covanta.Como parte de la propuesta, se determinó que la remoción sería realizada por pescadores buzos, quienes recibirían pagos para mitigar las pérdidas ocasionadas por el ciclón. Ese sector de pesca comercial es liderado por la villa pesquera de Naguabo."Arrancamos oficialmente en enero de 2018. En esa primera salida, zarpamos en una lancha bien delgadita y sacamos 34 nasas. Yo quedé sorprendido. Los pescadores dijeron que había más, pero no pudimos sacarlas en ese momento porque no cabían en la lancha. En ese momento, confirmamos que este proyecto iba a ser bastante bueno para el medio ambiente", relató Espinoza, al precisar que el primer viaje se hizo entre aguas de Ceiba y Vieques.Resaltó, de paso, que, para hacer las remociones, se sigue un protocolo de seguridad establecido por la NOAA. Además, cada pescador buzo se sumerge con una "cámara de cuerpo" para documentar el proceso. "Queríamos asegurarnos de...

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