El reto de radicar quiebra en época de crisis

Pese a las dificultades económicas que enfrentan los comercios, las que muchas veces los llevan a radicar quiebra, la mayoría de sus dueños todavía opta por intentar reorganizar las finanzas y continuar operaciones, en vez de liquidar el negocio.Así lo evidencian las estadísticas del Boletín de Puerto Rico, las cuales reflejan que más del 65% de las quiebras comerciales en la isla en los últimos cinco años se han radicado bajo los capítulos 11 y 13. "Distinto a Estados Unidos, en Puerto Rico prefieren ir al capítulo 13 y no al 7 porque el puertorriqueño prefiere pagar", sostuvo Modesto Bigas Méndez, abogado de quiebras con más de 40 años de experiencia y profesor de esa materia en la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica en Ponce.En términos generales, el capítulo 11 es para la reorganización de las corporaciones, aunque también para aquellos individuos con cierto volumen de deuda asegurada y no asegurada; mientras el capítulo 13 es para que los individuos reestructuren sus finanzas, incluyendo a los empleados por cuenta propia y a los dueños de pequeños negocios que no están incorporados.No obstante, el mero hecho de que un individuo o corporación radique bajo una reorganización, no significa que el tribunal la vaya a aceptar. De hecho, muchos de esos casos terminan en liquidación. "La reorganización no está garantizada. Hay que demostrar que es factible esa reorganización. Eso es lo primero que pregunta el juez o la jueza en la vista inicial", manifestó Bigas Méndez.Explicó que la mayoría de los casos que están en el capítulo 11 se debe a mala administración y a que los accionistas piensan que las finanzas del negocio se van a enderezar. "Con la esperanza de que el negocio va a mejorar, le inyectan dinero de su propio capital y hacen préstamos al banco, y después se les dificulta hacer los pagos", dijo el experimentado abogado y profesor de Derecho.A diferencia de las quiebras comerciales que atendía hace 30 años, ahora, según él, ve una actitud laxa y un aumento en la dejadez de empresarios y accionistas en educarse sobre los aspectos administrativos y financieros del negocio."Les gusta vender, pero no se interesan por entender los estados financieros, ni siquiera frente a la realidad de que cada vez tienen más dificultad para acceder al dinero", dijo Bigas Méndez, y agregó que muchos accionistas descansan solo en la opinión que les da su contador.Por su parte, la abogada Alexandra Bigas Valedón, quien lleva casi dos...

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