Retratado el prejuicio

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Los Ángeles - El largometraje 42, una producción de Warner Brothers que estrena hoy en Puerto Rico, tiene como acierto el que no convierte un drama histórico en un panfleto que enumera las razones por las cuales su trama particular merece ser contada.

El guion de Brian Helgeland, quien es también el director, tiene como eje central el momento en que la presencia de Jackie Robinson (interpretado por Chadwick Boseman), un pelotero afroamericano en el equipo de béisbol de Brooklyn, marcó un momento de cambio social que comenzó con el final de la segregación de las razas en las Grandes Ligas.

El filme retrata con delicadeza y veracidad emocional ese momento histórico ocurrido a finales de la década de los cuarenta.

Para que el público pueda captar el prejuicio racial de forma tangible, Helgeland coloca al espectador en los zapatos de Robinson y, antes de entrar en el conflicto que va a generar su presencia en las Grandes Ligas, el guion lo define como un hombre promedio cuya habilidad atlética es lo que lo transforma en algo extraordinario. Esas escenas que están lejos del campo de béisbol y que parecen dar detalles superficiales de la vida privada de Robinson no lo presentan como un santo.

La humanidad tangible del fenecido pelotero es el arma secreta del filme que se presenta en los momentos en que su vida cotidiana es quebrantada por pequeños eventos que lo señalan como diferente. El no trivializar lo que significa experimentar los efectos de un prejuicio es el logro más grande de este filme.

Otro acierto de la dirección es resaltar las habilidades de Robinson como pelotero. En...

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