RICO LEGADO HISTÓRICO

Por Antolín Maldonado

arios@elnuevodia.com

Sifontes, junto a otro arquitecto estadounidense, diseñó para la firma Pedro A. Miranda y Asociados el Estadio Hiram Bithorn a finales de la década de 1950, poco después de conseguir su grado en arquitectura en 1957 en la Universidad de Tulane.

Desde los primeros 'innings' o páginas, los diversos colaboradores del proyecto de casi 200 páginas ofrecen al lector un paseo por la historia del béisbol, pero no solo eso. También ofrece el contexto histórico en el que se encontraba el Puerto Rico de mediados de siglo pasado. "Para 1956, había 28,300 personas empleadas en el sector manufacturero, mientras que para 1958, se habían establecido más de 300 fábricas alrededor de todo el país", lee un extracto del primer capítulo, titulado 1950 y 1960; dos décadas de progreso en Puerto Rico, en el que la autora, la planificadora Sara T. Aponte, expone los esfuerzos del gobierno por fomentar el crecimiento de la economía, atrayendo inversión privada norteamericana.

Cónsono con esto, se dio un proceso para regir la producción arquitectónica del país, para permitir la modernización de la arquitectura de la Isla, según Aponte. Fue dentro de ese contexto que se concibió el Hiram Bithorn, nombrado así en honor al primer puertorriqueño en jugar en las Grandes Ligas en 1942, veinte años antes de la inauguración del parque levantado en su nombre, y cuya inauguración ocurrió el miércoles, 24 de octubre de 1962.

"Según pasan los años yo lo siento más cerca. Porque mi vida se va extendiendo, y voy llegando al final. Y miro para atrás, y lo veo con más cariño", dijo emocionado Sifontes en su oficina, en la que aún labora a sus 81 años.

Esa inspiración motivó a Sifontes a embarcarse en la aventura de escribir un libro sobre el estadio, y que tan reciente como a principios de 2013 lanzó a la calle con el único interés de legar a otras generaciones, la historia detrás del emblemático escenario deportivo, que además ha acogido espectáculos musicales, actividades políticas y religiosas. La pieza en la que colaboran varios autores, entre ellos los historiadores deportivos Jorge Fidel López y Ángel Colón, dedica un capítulo, naturalmente, a la figura del fenecido serpentinero Bithorn, y al desarrollo del béisbol en la Isla. Otro de los capítulos es el gran postre de la pieza: un ensayo fotográfico presentando cronológicamente el desarrollo de la construcción del parque. Se trata de fotos nunca antes publicadas, originales de la...

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