Risa

Ileán Pérez Cruz

Artistas internacionales y nativos manipularon con paciencia y diligencia bajo el sol del mediodía y los destellos del otro día, paredes-lienzo hasta lograr que los muros develaran secretos. Provocarlos hasta hacerlos llorar, sentir.

Llamaron la actividad "Los muros hablan", pero su retórica aparentemente ha crucificado sensibilidades. Los fanáticos quieren ejercer su libertad encadenada, se esfuerzan por montarse en palestra sobre cualquier evento.

Desfasar estos murales con ajorados brochazos blancos por cobardes anónimos hace señas desbocadas de que, en efecto, los muros rompieron el silencio. Fanáticos religiosos o fanáticos de lo que sea que, aun viendo, siguen sin entender.

Umberto Eco presenta en "El nombre de la rosa" a unos monjes medievales reunidos para debatir si Jesús se reía. ¿Qué es la risa sino burlar la seriedad? ¿Qué es el arte sino la risa? El arte es el límite de la libertad. La frontera del silencio elocuente, arquero con agenda. Lo hermoso de leernos sin necesidad de mediar palabra ni esculpir letras.

Un filtro, una perspectiva; un ángulo. Nave que penetra cuerpos de...

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