Sangría Papá Abe se abre espacio en las góndolas

Por Andrea Martínez

amartinez@elnuevodia.com

La receta que, según el empresario, causa sensación en quienes la prueban, era originalmente de la esposa de su padre. En lugar de aceptar la propuesta para convertirse en socia del negocio, la mujer le regaló la receta, le enseñó a hacer la sangría y lo alentó a establecer la empresa. El nombre, Sangría Papá Abe, es un tributo al padre de Rodríguez.

"Nuestra sangría es la única en el mercado a base de fresas, y con pedacitos de fresas. Vendemos la botella de 750 mililitros a no más de $ 10", dijo el empresario.

Inicialmente, Rodríguez, de 38 años, preparaba la bebida y la vendía a familiares, amigos y conocidos.

El salto a la comercialización vino tras la participación, en marzo de 2011, en el primer Sangría Fest, celebrado en el Centro de Convenciones. La Sangría Papá Abe ganó el primer lugar en la categoría abierta de sangrías no comerciales. El reconocimiento le dio la motivación que necesitaba para llevarla al mercado.

"Ahí empieza la odisea. Estuve dando bandazos hasta octubre de 2011", sostuvo Rodríguez, en alusión al proceso de obtener los permisos, el cual desconocía por completo.

Ese mismo mes recibió otro empujón. Otro participante del Sangría Fest, con quien entabló una amistad, tenía una marca registrada, pero se quería retirar del negocio. Así es que le vendió el equipo de la empresa, y como los permisos eran transferibles, hasta se ofreció a ponerlos a su nombre.

No obstante, Rodríguez indicó que terminó el proceso de adquirir sus permisos para marzo de 2012, y comenzó las ventas del producto a nivel comercial en...

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