Santiago Montañez V. Freseniu, 2016 T.S.P.R. 76

AutorDra. Ruth E. Ortega-Vélez
Páginas185-191

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Daños y perjuicios. Estimación y valoración de daños. El Cónyuge viudo. Hechos: Tras ser diagnosticada con insuficiencia renal en su etapa terminal en noviembre de 2006, la Sra. Ruby Navarro Santiago comenzó a recibir terapias de reemplazo renal mediante hemodiálisis en el centro de diálisis Fresenius Medical Care-/Bio-Medical Applications of Caguas, Inc., tres veces por semana y cada terapia duraba aproximadamente de dos horas y media a tres horas y media cada una.

El 5 de septiembre de 2007, la señora Navarro Santiago acudió a BMA Caguas para recibir su tratamiento de hemodiálisis. Al arribar al centro, la señora Navarro Santiago fue recibida por una de las enfermeras de BMA Caguas, Irma

  1. Pedraza Ríos, quien estuvo a cargo de darle su terapia rutinaria de hemodiálisis. La enfermera comenzó la terapia realizando un procedimiento para absorber la heparina que se había dejado en los lúmenes de la señora Navarro Santiago en su terapia anterior. En el proceso de extracción de la heparina, la enfermera sintió una obstrucción que impedía el flujo; aplicó solución salina al catéter, pero continuó sintiendo resistencia para remover la heparina, por lo que le informó sobre la obstrucción a la enfermera líder Nilda Maldonado López.

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En BMA Caguas existía un protocolo que disponía que en estos casos de oclusión en los catéteres se debía insertar el trombolítico Activase en los lúmenes para destruir los coágulos y poder reanudar el proceso de hemodiálisis. El protocolo establecía que el personal de enfermería primero debía comunicarse con uno de los médicos del centro de diálisis para que alguno de estos autorizara el uso del fármaco Activase. Una vez se obtenía la autorización de un médico, debían dejar el fármaco por 30 minutos y, luego, extraerlo y comenzar nuevamente la terapia de hemodiálisis. Ello, solo si el Activase había sido exitoso en destruir los coágulos o trombos que obstruían los catéteres.

Contrario al protocolo establecido por BMA Caguas, la enfermera Maldonado no se comunicó con el doctor Ortiz Kidd, quien era el médico que estaba de guardia, para que autorizara el uso del Activase. En su lugar, ordenó que se le inyectaran 5000 unidades de heparina al catéter de la señora Navarro Santiago y que se le dejara el fármaco por 30 minutos. Posteriormente, la enfermera Pedraza continuó el proceso de diálisis que había quedado interrumpido por las oclusiones en el catéter de la señora Navarro Santiago. Nuevamente, ello se hizo sin que se le hubiese comunicado la situación al doctor Ortiz Kidd u otro médico y sin administrar el fármaco Activase, según requería el protocolo.

Al poco tiempo de haber comenzado nuevamente la hemodiálisis, la máquina de dializar se detuvo. Significaba que la señora Navarro Santiago confrontaba problemas para recibir el retorno de su sangre desde la máquina hacia su cuerpo. Este problema en el retorno de sangre respondió a la obstrucción existente en el catéter y que no fue atendida correctamente al administrar la heparina. Ante la situación, la enfermera Maldonado le instruyó a la enfermera Pedraza que puncionara una vena periferal para devolverle a la señora Navarro Santiago la sangre que quedó atrapada en la máquina de dializar y por esa misma vena continuar la terapia de hemodiálisis que quedó interrumpida.

La enfermera Pedraza y la enfermera Maldonado intentaron, sin éxito, puncionar a la señora Navarro Santiago en varias ocasiones por distintos lugares de sus extremidades superiores. Contactaron a la enfermera Yolanda Delgado, especialista en puncionar bebés. La enfermera Delgado puncionó la vena cefálica del brazo izquierdo de la paciente y esta sufrió una infiltración o extravasación de sangre en su brazo izquierdo, por lo que el área comenzó a hacer edema.

Una vez las enfermeras se percataron de la hinchazón en el área de la punción, apagaron la máquina de dializar y removieron el clavo insertado. La señora Navarro Santiago comenzó a sangrar. Para detener el sangrado, le hicieron presión al área del brazo por espacio de 30 minutos. Fue para ese entonces que la enfermera Maldonado trató infructuosamente de comunicarse con varios médicos del centro. Cuando finalmente conversó con el doctor Ortiz Kidd, solo le informó de la oclusión en el catéter de la señora Navarro Santiago, por lo que este ordenó que se administrara el Activase por 30 minutos.

La enfermera Maldonado le...

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