Segarra Hernandez V. Royal Bank, 145 D.P.R. 178

AutorDra. Ruth E. Ortega Vélez
Páginas341-348

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Acción de Daños Contra el Patrono Por Violación al Derecho a la Intimidad del Empleado.

Hechos: La señora Norma Segarra Hernández laboró durante veinticuatro años en el Departamento de Cobros del Banco de Ponce. En 1987, mientras laboraba allí, el vicepresidente ejecutivo del Royal Bank de Puerto Rico, señor Jimmy Sotomayor, le ofreció el puesto de Gerente de el Departamento de Cobros Centralizado del Royal Bank. La señora Segarra aceptó, y el 1 de

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junio de 1987 comenzó a laborar para esta institución en el puesto ofrecido con una remuneración anual de $24,500.00.

A la llegada a su nuevo trabajo, la gerencia del Banco le requirió a Segarra Hernández que firmara un contrato probatorio de servicios. A pesar de que en la etapa de negociación no fue advertida de que comenzaría a laborar en el Banco en una posición con carácter probatorio, Segarra Hernández optó por firmar el documento. Al finalizar el período probatorio, Segarra Hernández recibió una evaluación favorable. Tan solo en las áreas de juicio y organización recibió una calificación menor. No obstante, el desempeño general de Segarra Hernández fue calificado como bueno. Rendido el informe, el señor Ismael Rodríguez lo envió al Departamento de Recursos Humanos del Banco y recomendó que se le extendiera la permanencia en el puesto.

A fines del mes de agosto de 1987, previo a que finalizara el período probatorio, la señora Segarra fue relevada de la responsabilidad que tenía de supervisar la sección de Cobro Legal, división del Banco que tramitaba los casos declarados como pérdidas y que eran referidos a trámite judicial. Posteriormente, el señor Rolando Cardona, quien se desempeñaba como ayudante del vicepresidente del Royal Bank, le remitió un memorando a la señora Segarra en el cual le expresaba que durante los pasados tres meses se había producido un aumento en la morosidad en los prestamos concedidos por el Banco. La señora Segarra objetó el contenido del memorando y expresó por escrito su posición al respecto.

En octubre de 1987, el señor Ismael Rodríguez le remitió otro memorando a Segarra Hernández. En este le notificó que se había percatado de que el plan de trabajo para el mes de octubre no se estaba cumpliendo según lo acordado. En otro memorando con fecha de 28 de enero de 1988 le requirió que suministrara el plan de trabajo del Departamento de Cobros correspondiente al mes de enero.

En febrero de 1988, la señora Segarra fue evaluada nuevamente por el señor Rodríguez. En esta ocasión recibió una evaluación de 3.65 en una escala del 1 al 7. El banco redondeó esa puntuación a 4, la cual es la puntuación esperada de cada empleado. En abril, la señora Segarra fue separada del Departamento de Cobros del Banco y reubicada en el Departamento de Autos. En esa ocasión, el señor Fernando Urrego, vicepresidente del Royal Bank, le informó a Segarra que tal determinación fue tomada por recomendación del señor Rodríguez. Segarra Hernández objetó su reubicación y planteó que no se encontraba capacitada para realizar las nuevas funciones que le fueron asignadas. Adujo, que su nuevo trabajo requería que visitara establecimientos dedicados a la venta de autos. Sin embargo, ella no tenía vehículo propio. Tampoco sabía conducir, por lo que no tenía licencia para ello. Según la transcripción de evidencia, el director del Departamento de Autos del Royal Bank coincidió con ella en que no era la persona idónea para el puesto. Es necesario señalar que, al ser trasladada al Departamento de Autos, la señora Segarra Hernández continuó devengando igual remuneración y el mismo nivel de beneficios que recibía

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como Gerente del Departamento de Cobros.

Un mes después de la reubicación de la señora Segarra en el Departamento de Autos, el señor Rodríguez solicitó al señor Urrego la destitución de Segarra Hernández y recomendó al señor Cardona para el puesto de Gerente del Departamento de Cobros.

Ante toda esta situación, la señora Segarra sostuvo una reunión con la Gerente de Recursos Humanos del Banco. En ella, le comunicó lo que consideró irregularidades cometidas en el Royal Bank por sus superiores y que había detectado a lo largo de su estadía en el Banco. En esa ocasión, expresó que había manifestado esas irregularidades al propio Ismael Rodríguez, sin conocer que este estaba implicado en ellas. Asimismo, expresó la existencia de tales irregularidades al señor Fernando Urrego.

En noviembre de 1988, la señora Segarra fue evaluada nuevamente. En esa ocasión se le confirió una puntuación de 3. La señora Segarra objetó...

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