El segundo y último indulto a Albizu

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

Justamente a la 1:10 de la tarde de aquel día, el alcaide de la Penitenciaría insular puso en manos del dirigente nacionalista el documento oficial que le permitía salir en libertad. El dirigente nacionalista sostuvo el papel durante algunos minutos. Pero era obvio que no había alegría en el espíritu del batallador líder de la independencia de su pueblo. A sus 73 años de edad, salía de su habitación-celda en el Hospital Presbiteriano, al que había sido trasladado desde la penitenciaría en marzo de 1956 tras haber sufrido un ataque de arteriosclerosis cerebral que le imposibilitó el movimiento de la pierna y el brazo derecho. Desde entonces, varios agentes de Seguridad Interna fueron apostados como sus carceleros frente a la puerta de su habitación-celda del hospital.

La génesis de este capítulo había tenido lugar 28 años antes, en marzo de 1936. El llamado de Albizu a una asamblea constituyente para la proclamación de la República de Puerto Rico y su advertencia de que el gobierno de Estados Unidos abandonara la isla o de lo contrario los nacionalistas apelarían a las armas llevó a su primer arresto, acusado, entre otros delitos, de "conspirar para derrocar por la fuerza el gobierno de Estados Unidos en Puerto Rico".

En julio, un jurado de siete puertorriqueños y cinco norteamericanos no llegaron a un acuerdo: los puertorriqueños votaron para absolverlo y los norteamericanos para condenarlo. El juez federal Robert Cooper disolvió el jurado.

Un segundo juicio en julio, con un jurado compuesto esta vez por 10 norteamericanos y dos puertorriqueños, lo declaró culpable por tres cargos y fue sentenciado a 10 años en prisión. Sus abogados apelaron la sentencia, pero el Circuito de Boston confirmó al Tribunal federal en San Juan. En junio, Albizu y sus compañeros fueron trasladados a una penitenciaría de Atlanta.

En septiembre de 1941, a punto de cumplir la sentencia de seis años por el primero de los tres cargos, Albizu se negó a firmar los documentos que lo hacían elegible para su...

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