Sencillamente cruza la calle

Por Lilliam Irizarry

lilliam.irizarry@gfrmedia.com

Cada tarde, Raymond los busca a sus apartamentos y los lleva caminando hasta el recinto barranquiteño de la Universidad Interamericana, donde profesores y estudiantes del proyecto Cruzando la Calle les brindan el amor y el estímulo necesario para que se mantengan anhelantes del saber.

"Llevo 20 años de voluntario en las escuelas y ayudó a todo el mundo en mi residencial. Si me pagan, me enfogono porque si usted va a cobrar, entonces no es un favor. Mi paga es ver a los niños triunfar", sostiene el hombre de 53 años que, durante sus años en el Ejército, sufrió un accidente que provocó que le pusieran cinco tornillos en una de sus piernas.

El proyecto Cruzando la Calle, establecido hace 10 años por iniciativa de la hoy rectora Irene Fernández, atiende a estudiantes de primer a sexto grado y de educación especial que tienen progreso académico bajo y desarrollo lento de destrezas que le impiden ir al ritmo de sus compañeros de clase.

Una vez Raymond los cruza desde el residencial, que ubica justo frente al recinto, a los menores se les brindan destrezas en las materias básicas de español, inglés y matemáticas, se les ayuda en las asignaciones, se les enseña a cultivar valores y relaciones interpersonales, y se les expone a experiencias culturales y de apreciación del arte, entre otros servicios para ellos, sus familias y su comunidad.

Fernández detalla que Cruzando la Calle ha logrado que los menores dejen de ausentarse a la escuela y eleven sus calificaciones, algunos incluso al punto de entrar al programa de honor y otros logrando pasar de educación especial a la corriente regular. En 2010, por ejemplo, un 79% de los participantes aumentó de manera significativa el promedio académico en matemáticas y un 57% hizo lo propio en inglés y español.

"Además, los niños aquí desarrollan valores, principios y una alegría por alcanzar logros", añade.

Cuenta que el proyecto, que tiene como lema "Estamos cerca para que llegues lejos: sencillamente cruza la calle", empezó como una simple ilusión de hacer algo que generara cambio en la realidad de los niños del residencial. Ilusión que, gracias a la voluntad de muchas personas comprometidas de la universidad y la comunidad, ha logrado mayor significado y permanencia.

"Cuando uno encuentra una situación, algo en el corazón le dice 'actúa' y es una ilusión que hay que buscar la manera de hacerla...

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