Servicio directo a los necesitados

Dos días después del paso del huracán María, la doctora Sally Priester llegó a los hogares de ancianos cercanos a la zona del Condado para brindar servicios médicos. Al tercer día, su consultorio se convirtió en un centro de acopio para suministros que una brigada militar necesitaba distribuir. Al quinto día, llegó al Centro de Operaciones de Emergencias (COE) que los gobiernos estatal y federal establecieron en el Centro de Convenciones, en Miramar, para ayudar a confeccionar un mapa que identificara la localización de todas las instalaciones hospitalarias de país.Desde entonces, los días brindando ayuda en la zona metropolitana se han transformado en el desarrollo de una fundación que no solo continúa supliendo las necesidades básicas de damnificados por los ciclones Irma y María, sino que también asiste para que las comunidades puedan ser autosustentables y estén mejor preparadas en caso de un desastre natural futuro."Yo había trabajado en misiones de respuesta rápida en otros países, en otros desastres. Nunca pensé que me iba a tocar trabajar algo así en mi país", expresó Priester.Su primera salida hacia las zonas más afectadas por el sistema tropical fue hacia Utuado, junto a personal del Departamento federal de Salud y Servicios Humanos."Éramos un grupo que llegamos al barrio Tetuán, fuimos con un dron, y bajábamos a pie donde se veía que había gente. Ese fue uno de los sitios donde no había puente, se lo llevó el huracán.... Me dio ‘flashback’... (Pausa) Llegamos a las casas de unas personas, pudimos darles asistencia médica a diabéticos, hipertensos. Yo había llevado medicamentos. Fuimos casa por casa hasta donde el puente estaba destruido", narró la generalista.Al ver la necesidad que había en los municipios más apartados de la zona metropolitana, Priester comenzó una rutina que la llevó a lugares como Ciales, Naranjito, Jayuya y Yabucoa -por mencionar algunos- en compañía de brigadas de empleados federales o de los voluntarios de organizaciones sin fines de lucro que llegaban al COE para preguntar en qué podían ayudar.En Yabucoa, conocieron a Carlitos, un adolescente con impedimentos múltiples. En Manatí...

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