'Estas sillas están duras'

Por Marga Parés Arroyo

mpares@elnuevodia.com

Unas amplias escaleras conectan un estacionamiento multipisos con la plaza Gautier Benítez, donde una bofetada de calor recibe a los visitantes. Resalta el olor a humedad.

En medio de locales vacíos y pequeñas tiendas, se destacan dos concurridas oficinas de gobierno, la del Cesco y la de Asistencia Médica o Medicaid. Es a una de estas dos oficinas a donde, a paso acelerado, muchos transeúntes se dirigen.

Las escaleras automáticas para bajar al primer piso están dañadas. Al fondo, una mujer con un coche de bebé espera para montarse en un pequeño ascensor.

En el primer piso, tras unas raídas puertas de cristal, un cartelón indica que allí se encuentran las oficinas del Programa de Medicaid.

En el interior, unas 40 personas esperan su turno sentadas en cinco hileras de sillas metálicas, muchas desgastadas. La mayoría de las personas son mujeres, algunas cargando crías.

Mientras esperan, el público escucha una charla del personal de la Oficina del Procurador de las Personas Pensionadas y de la Tercera Edad. Frente al local, un individuo vende celulares.

Son las 10:25 a.m. y el designado secretario de Salud, el doctor Francisco Joglar, llega al lugar. Sigilosamente, se sienta y observa el panorama.

"Estas sillas están duras, y más si hay que esperar", comenta.

Mientras observa a su alrededor, el funcionario reconoce que las instalaciones se encuentran "deterioradas", tal como le habían indicado.

"Me dijeron que se van a mudar en marzo", indica al resaltar cómo esta oficina opera mayormente mediante un sistema de citas ya programadas.

"Número 29", dice una empleada a través del altoparlante del lugar.

Son las 10:38 a.m. y Héctor de Jesús, empleado de seguridad de la oficina, se acerca a Joglar y lo saluda, solicitándole que firme una hoja de asistencia.

"Las estadísticas dicen que 40% de las personas no renuevan su plan a tiempo. Eso es parte del problema de prevención. La gente no se ocupa de su salud cuando está saludable", dijo.

A las 10:46 a.m., el funcionario se para frente a las tres ventanillas de servicio, una para personas con impedimentos.

"Buenos días, vengo a pedir información sobre el programa", le dijo Joglar a la empleada Elizabeth Hernández.

Tras darle "un numerito", esta le indica que próximamente será atendido.

"Número 34", dicen por el altoparlante y el titular se acerca a otra de las ventanillas. Son las 10:48 a.m.

"Buenas; vengo a ver si cualifico o no para la tarjeta de Salud"...

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