Sincera mirada al pasado

Como el buen observador que ha sido desde que sus maestros en la escuela afirmaban que se la pasaba "soñando despierto", Carlos Dávila Rinaldi continúa con los ojos bien abiertos para escudriñar el mundo, especialmente su mundo inmediato, ese que está rodeado de mar y se llama Puerto Rico.En sus pinturas, realizadas a lo largo de 40 años de trabajo, el artista ha logrado crear una especie de álbum en el que han quedado plasmados sus comentarios acerca de diferentes temáticas, en especial todo lo relacionado a la situación política y social del país. Así se observa en la exhibición "Same O, Same O: No ha cambiado nada", que inaugura el miércoles, a las 6:00 p.m., en la Galería Petrus de Miramar.Esta serie de pinturas en gran formato incluye obras realizadas por Dávila entre la década de los años noventa hasta el 2015. En ellas quedó reflejada la mirada del artista ante situaciones del diario vivir en diferentes períodos de su vida, incluyendo la criminalidad, el estatus político y el discurso machista, entre otros.Lo particular es que a pesar de estar inspiradas en sucesos del pasado sobre los cuales tenía que expresarse para evitar "perder la cabeza", bien parece que se refieren a los temas más sonados que aparecen actualmente en los medios de comunicación."De una manera u otra, todas hablan del Puerto Rico de hoy, que es el mismo de ayer", sostuvo el artista, quien también es publicista.De ahí el título de la exhibición, que llama la atención al hecho de que muchos planes para solucionar problemas graves que el país arrastra hace muchísimo tiempo se han quedado en el tintero.Gran parte de las obras surgieron durante la infancia de los hijos de Dávila, hoy de 25 y 28 años, mientras al igual que tantos padres y madres, él también cuestionaba la situación del mundo que les tocaría vivir."El artista siempre pinta su ambiente y lo critica, por lo menos en mi caso. Y a veces, con un poquito de sentido del humor uno ataca las cosas casi como una burla seria de lo que está pasando", comentó.Un elemento común de las obras es que todas fueron realizadas en un material tipo canvas industrial que ayuda a transmitir la crudeza del lenguaje utilizado por el creativo para plasmar su mensaje en colores vivos y con imágenes que llegan directo al hígado, la conciencia o el corazón. Algunas pueden causar molestia, indignación y miradas serias; pero esa es la intención: despertar los sentidos a realidades que en ocasiones se observan con indiferencia porque...

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