Singular bodega en el corazón de la Cordillera Central

Dora Enid López es una jayuyana orgullosa de sus raíces familiares y amante del misticismo y la espiritualidad, que busca fomentar el empoderamiento en otras mujeres a través de sus negocios.Es la menor de 11 hermanos y la propietaria de los restaurantes La Bodega de las Brujas, localizados uno en el barrio Jayuya Abajo, y el otro en la reserva Toro Negro en Orocovis, en la colindancia con Ciales. Este último cerró temporalmente en el 2020 en medio de la pandemia, pero planifica reabrirlo antes de que finalice el año, siempre y cuando las condiciones laborales y económicas del país lo permitan.En entrevista con Negocios, López contó que abrió el primer restaurante en el 2015 en Orocovis, aunque ese no fue su primer negocio. "Yo antes de abrir La Bodega de las Brujas tuve una boutique en Isla Verde, De punta en blanco, que cerré en el 2014. Soy de Jayuya y regresé al campo a laborar en la finca de mi familia".Al siguiente año estableció el restaurante y en el 2019 abrió el segundo en su pueblo. La inspiración para crear el concepto y el nombre del restaurante provino de su abuela Celestina Valentín, una mujer que conocía mucho de plantas y remedios, y tenía un don sanador en sus manos. "En las mañanas pedía y en las tardes agradecía", comentó su nieta. Un día doña Celestina dejó una vela encendida, y la casa se prendió en llamas con los seis hermanos mayores de López en su interior. Su abuela logró salvar a los seis nietos, pero quedó atrapada en las llamas, no pudo salir y falleció.El restaurante evoca ese espíritu y fortaleza que tienen las mujeres. El establecimiento es rústico, colorido y con vistas a la cordillera. Tiene capacidad para 160 comensales, que acomodan entre el salón comedor en el interior y las mesas al aire libre. Genera 24 empleos directos, y opera los viernes de 2:00 p.m. a 8:00 p.m., los sábados y domingos de 12:00 p.m. a 7:00 p.m., y los lunes de 2:00 p.m. a 8:00 p.m."La Bodega de las Brujas surge de tres elementos principales: la felicidad que buscamos para cada visitante, la gastronomía criolla y el encanto de ser mujer. Esa combinación crea una experiencia sin igual en todo Puerto Rico", afirmó la empresaria.Desde que uno llega, se topa con un entorno lleno de mensajes positivos pintados en las paredes, así como con coloridos harapos colgantes que ambientan el espacio, como si estuviera entrando al aposento de una bruja.Los mensajes giran alrededor del empoderamiento femenino. "¿Sabes por qué...

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