Soltero y padre gracias a la ciencia

Quería ser papá desde los 18 años. Sin embargo, comencé una carrera profesional con éxito creciente, pasaron los años y ese tema se quedó a un lado. Trabajé en la empresa privada, así como en el servicio público por más de 30 años. Como soy hijo único, cuidé a mis padres hasta que fallecieron entre el 2000 y 2001. Entonces, pensé qué va a ser lo productivo de mí en los últimos años de mi vida. Así, determiné que lo único que me quedaba pendiente en la vida era ser papá.

Por eso, después de los 60 años y retirado del servicio público, inicié de lleno un intenso proceso que me convirtió en padre soltero de José Manrique y Victoria Henedina. Muchas personas me dicen el abuelo, pero les tengo que aclarar que yo soy el papá. En un año disfrutando la crianza de mis hijos, ya tengo infinidad de anécdotas con la gente en la calle.

Vivo inmensamente feliz dedicado únicamente a mis hijos. No obstante, tenerlos ha sido parte de un complejo proceso que contaré en detalle oportunamente porque estoy considerando escribir un libro. Yo descarté una relación marital y decidí ser papá soltero en 2002. Desde ese momento comenzó un maratón de obstáculos hasta llegar a la meta en marzo de 2016, cuando nacieron mis gemelos.

En 2012, un doctor en Bayamón se interesó en mi caso, pero el supervisor y directivo médico me negó el trámite por razón de edad y por estado civil. Entonces, fui referido a un galeno en Nueva Jersey, quien finalmente estuvo dispuesto a aceptar mi reto. El doctor Michael Cho, me atendió y refirió para que escogiera uno de seis siquiatras y me sometiera a un minucioso examen. Cuando pasé exitosamente la prueba, regresé a una segunda cita con doctor Cho y así comenzó un complejo proceso de trámites médicos y legales.

Ese proceso representó varios viajes a los Estados Unidos y los hice todos solo, sin revelar mi objetivo a ningún allegado. En un tercer viaje finalmente fui atendido en una casa de reproductividad humana, donde pagué una cantidad inicial de $5,500. Allí la licenciada Melissa Brisman’s se encargó de la parte formal inicial. Me asignó una coordinadora, encargada de ubicar la persona subrogada. En ese trámite se consideró localización conveniente y preferencias para determinar perfiles potenciales de la fémina que iba a cargar el óvulo fecundado, entre otros asuntos.

La Providencia

El proceso tomó tiempo. Se escogieron varias, incluso una boricua que no completó el proceso y eventualmente se seleccionó a una mujer de menos de 25...

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