Sucio difícil

EDGARDO RODRÍGUEZ JULIÁ

ESCRITOR

Quien importó el tulipán africano jamás sospechó que ese árbol de madera vidriosa -cuya flor nos servía de pistero para travesuras infantiles- se convertiría en un maligno representante de la selva africana en estas latitudes. Está por todos lados y crece hasta en las jardineras colgantes sobre los rieles de la estación Martínez Nadal. Su semilla es exuberante y proliferante, como la de los helechos que crecen en los pretiles de los puentes de la Baldorioty, a la altura del residencial Lloréns Torres. Cualquier muro de contención, formado por ladrillos o las llamadas "piedras ornamentales", recibe con beneplácito, en sus resquicios, estas dos plagas de nuestra temperamental flora.

Ya rebasamos los quince minutos necesarios para que la algarada de los bien pensantes, indignación por la limpieza del paño de muralla contiguo a la Puerta de San Juan, alcanzara el olvido. Tan sonada protesta, esta vez amplificada por las "redes sociales", recuerda la de los franceses cuando André Malraux, siendo recién estrenado ministro de Cultura de Francia, ordenó la limpieza de las catedrales. Mientras tanto, la catedral de Colonia está en manos de la Divina Providencia; no puede ser limpiada por su tamaño, poco consuelo para los que la contemplan corroída por la mugre y el hollín de siglos, esa pátina del tiempo histórico que tanto nos entusiasma. Menos mal que está bien lejos del tulipán africano y los helechos.

Este paño de muralla que sigue a la Puerta de San Juan aparece colapsada en fotografías de principios del siglo XX, posiblemente por esa vegetación que crece lo mismo en muros que en techos. Aunque Ricardo Alegría jamás lo hubiese señalado, esa muralla fue restaurada y apuntalada por el Cuerpo de Ingenieros del ejército invasor "yanqui".

Lo que sí logró don Ricardo Alegría fue que el recinto murado fuese restaurado mediante una legislación que sí limpiaba la ciudad antigua, liberándola de las estructuras con "pátina" y que se caracterizaban por ser criaderos de ratas, viviendas nada salubres, prostíbulos para marinos invasores y bares para borrachitos locales. Así lucía el Viejo San Juan de Noel Estrada hasta los años cincuenta y sesenta.

Hoy por hoy, algún arquitecto con "champions" rojos y chaqueta corta dirá que Alegría creó la versión "Disney" del San Juan antiguo.

Si fuéramos a usar yerbicidas para...

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