El TALANTE DE UN LÍDER

Por Ángel Darío Carrero

Incluso las huellas del pequeño desbalance de hipertensión con las que había llegado, se ausentaron del rostro. Como si para proyectar con responsabilidad el futuro de la patria se exigiera la condición del sujeto erguido, del político en paz consigo mismo. Definitivamente, no está en campaña suspendido de la balanza del ganar o del perder, sino para adelantar el talante de una dignidad política necesaria para gobernar el país, y para ejercer liderazgo en tantos frentes indispensables.

"Somos, hoy día, el resultado trágico de un régimen de subordinación política que ha producido una enorme brecha de desigualdad económica, de marginación, de dependencia y, sobre todo, un gran sentido de impotencia ante los graves problemas que enfrentamos como pueblo", lanza de entrada.

Cree que el estado de impotencia que experimentamos hoy, por un lado, y un sistema generador de desigualdades, déspota hacia los más vulnerables de la sociedad, por otro, es lo que nos conduce inevitablemente a la violencia. De ahí que no puede seguir tratándose como un asunto aislado, sino atacando la raíz.

Si algo motiva a seguir luchando al joven candidato del PIP es, precisamente, la indignación y el dolor frente al trato abusivo que se le da a los sectores más vulnerables del país.

El líder pipiolo, cree que hay que comenzar por desenmascarar las causas del régimen de desigualdad económica. En este sentido, apunta al hecho de que nuestro sistema político se fundamenta "en el financiamiento de campañas multimillonarias que tienen que pagar inversionistas políticos, que luego timonean, de hecho, las determinaciones de política pública en Puerto Rico".

"Este es el caso -añade- de un sistema de salud que tiene a 300 mil puertorriqueños sin cubierta médica. Aún continúa el descaro de las aseguradoras privadas fungiendo como intermediarios. O el hecho de que aquí nadie le mete mano a los criminales de cuello blanco que financian el narcotráfico. Es hora de llamar las cosas por su nombre: estamos presos de un régimen que premia el 'inversionismo' político".

Si algo se le reconoce al PIP es haber mantenido por décadas, a tiempo y destiempo, el tema del colonialismo vivo, pues sabe que es propio de ese mismo régimen, el olvido, la justificación irracional y el desarrollo de eternos eufemismos.

Por este motivo, reconoce que, en el fondo de nuestra problemática, se hallan los vicios de un régimen de subordinación colonial que impide nuestro desarrollo pleno...

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