Una taza única

croldan@elnuevodia.com

Hay que comenzar por conocer un poco de lo que ha ocurrido con nuestra industria cafetalera. En los 70, generaba alrededor de 231,000 quintales al año. Hoy, produce 85,000. Esta cifra equivale a menos de una tercera parte de la requerida por los boricuas para mantener el arraigado ritual diario de tomar café. Y es que según cifras oficiales consumimos por lo menos 300,000 quintales anualmente.

La reducción en el cultivo se debe a varios factores, entre los cuales se encuentran la disminución o eliminación de incentivos, las enfermedades como la broca, la falta de braceros y el azote de fenómenos atmosféricos, especialmente el huracán Georges, en 1998.

Sencillamente, la industria no ha logrado recuperarse desde entonces. Frente a esta realidad ha surgido en tiempos recientes una movida interesante. Algunos caficultores han comenzado a interesarse por producir, no una gran cantidad de café, sino uno que alcance altos niveles de calidad. Después de todo, las condiciones climatológicas y el mercado, cada vez más fascinado con la bebida, así lo favorecen. No hay que olvidar que unas cuantas décadas atrás era el café puertorriqueño -específicamente de Yauco- el de mayor consumo en el Vaticano.

Podría decirse que nuestro grano crió fama, se acostó a dormir y está despertando.

"El café de Puerto Rico siempre ha sido mundialmente reconocido", apunta Neftalí Soto, secretario de Agricultura.

La creación del laboratorio en agosto de este año, con una inversión del gobierno de $ 623,314, permite a los caficultores locales obtener gratuitamente una evaluación científica de su producción. Esta posibilidad promueve la intención de fortalecer la calidad del producto.

Tras la evaluación, el caficultor sabe las virtudes y defectos de su grano y cómo puede mejorarlo.

Pero, ¿cómo se determina cuán buena es la cosecha?.

El Laboratorio de Catación, ubica en el barrio Yahuecas de Adjuntas. Es una estructura sencilla pero grande, pues además de la oficina donde se encuentra el equipo para probar las muestras, aquí también está el centro de compra y venta de café, donde se almacenan miles de libras de café importado.

Y es que para satisfacer la demanda local, el país compra al menos 100 mil quintales a mercados como República Dominicana, México y Costa Rica. Los torrefactores lo compran y deciden qué mezcla elaborar. Es decir, una marca puertorriqueña puede estar mezclada con café de otras partes del mundo, a menos que especifique lo...

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