Tiempo para jugar

Por Ivis Negrón Pérez

ivis.negron@gfrmedia.com

"Cuando uno despierta el niño interior y despierta el mismo placer de cuando éramos niños, podemos llegar momentáneamente al mismo nivel de relación en libertad, sinceridad, confianza. Sin protocolos ni distancias", explicó Yma Ríos, especialista en técnicas psico-corporales. Mientras que en los niños el juego es el vehículo para el desarrollo de una amplia gama de destrezas sociales, en los adultos sigue siendo necesario para liberar la carga del estrés y construir comunidad con la gente que le rodea, desde la familia, los compañeros de trabajo y vecinos.

"Si vivimos en un mundo con estrés y tenemos la oportunidad de tener un espacio para ir a jugar, voy a sentirme mejor. Estoy listo para convivir mejor con el resto de la gente, me siento bien y recupero la flexibilidad, la coordinación", indicó la fundadora de la organización E-Motions, dedicada a la terapia a través del juego.

Su experiencia con este tipo de técnica entre personas de la tercera edad o grupos de profesionales es muy reveladora y variada. Colocar un grupo de adultos en círculo para jugar el tradicional juego del gato y el ratón o marchar en fila simulando un tren, puede despertar diversas sensaciones pero, al final, el resultado es el mismo: todos ríen a carcajadas. Al concluir estas dinámicas, los adultos anhelan regresar a esa experiencia que tanto disfrutaban en la infancia. "La experiencia que verbalizan es que 'yo no juego', 'mira lo que me he perdido','tengo que sacar tiempo para jugar'.", indicó Ríos.

Es por eso que el juego es una técnica tan valorada por educadores y especialistas en conducta para fomentar las relaciones interpersonales y sociales...

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