Toda una vida entre el deporte y el servicio

En su larga trayectoria, José Enrique Arrarás Mir siempre se ha aferrado a su compromiso como servidor público y con el bienestar de la juventud, especialmente a través del deporte.Hace una semana, Arrarás inició lo que será su último año como comisionado de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), entidad que bajo su mandato experimentó un marcado crecimiento en su oferta deportiva, un gran apoyo al deporte femenino y una gran mejoría en sus finanzas. Tras su salida de la LAI, Arrarás le pondrá punto final a su larga trayectoria en el deporte.Y es que su resumé va mucho más allá que ser por los últimos 16 años el comisionado de la LAI (desde el 2002 al presente). Arrarás, nacido un 25 de septiembre de 1937 en Mayagüez (81 años), ha presidido una serie de entidades deportivas como el Comité Olímpico de Puerto Rico (1973-1976) y las federaciones de Atletismo (1999-2016) y Ecuestre (1989-1992). Además, fue baloncelista, tenista, dueño de caballos de carreras, apoderado de un equipo del BSN (2000) y un amante de la pesca deportiva.Profesionalmente, laboró como abogado, fue legislador en la Cámara de Representantes (1978-1988, 1992-96) y fue secretario de Vivienda (1973-76). Además, fue rector interino del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (1965-66) y rector del Recinto Universitario de Mayagüez (1966-1971).Arrarás, quien está casado con la representante Brenda López González, es padre de siete hijos, incluyendo la reportera de televisión María Celeste Arrarás.Sobre su paso por el deporte y legado que deja, Arrarás conversó con El Nuevo Día.¿Cómo se da su llegada al mundo deportivo?—Desde chiquito, estuve metido en el deporte. Cuando tenía 17 o 18 años, jugué en el primer equipo de Mayagüez en el Baloncesto Superior (1956). Era el segundo sustituto. Fue la primera vez que Mayagüez tuvo un equipo en el baloncesto superior, que el apoderado era Gabriel Castro y el coach era (Rafael) Bolote Selosse. Además, jugaba muchas cosas; jugaba tenis también. Llegué a estar entre los primeros cuatro juveniles (en Puerto Rico) y era muy bueno en béisbol. Pero del béisbol me sacó un primo hermano, Pil Pagán, que me dio un bolazo una vez y le cogí miedo a la bola rápida y me dediqué al baloncesto y al tenis. Hice atletismo, pero era bien mediocre. Mi mayor logro fue que hice 2:21 en 800 metros. Yo estuve en la Academia Inmaculada Concepción. Como me gradué bien jovencito, a los 16 años de escuela superior, mis papás me mandaron a...

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