Tóxicas las cenizas de carbón de AES

Por Gerardo E. Alvarado León

galvarado@elnuevodia.com

Específicamente, se analizó el potencial de lixiviación (desplazamiento de sustancias) de los metales pesados contenidos en el producto Agremax, marca bajo la cual AES mercadea sus cenizas para ser utilizadas como relleno en obras de construcción.

El estudio, con fecha de noviembre pasado y preparado por la Universidad de Vanderbilt, en Tenesí, encarna un duro golpe para AES que, desde que inició operaciones en la Isla en noviembre de 2002, ha dicho que sus cenizas no son peligrosas ni representan una amenaza salubrista o ambiental.

Durante 10 días, El Nuevo Día intentó -sin éxito- conseguir una reacción del algún portavoz de AES.

El estudio, titulado Leaching Behavior of Agremax Collected from a Coal-fired Power Plant in Puerto Rico, también pone en entredicho a la Junta de Calidad Ambiental (JCA), que en repetidas ocasiones durante el pasado cuatrienio negó, a través de su expresidente Pedro Nieves, que las cenizas de AES fueran tóxicas. La actual presidenta de la JCA, Laura Vélez, le dio la bienvenida a "revaluar" la composición del Agremax.

Los investigadores de la Universidad de Vanderbilt concluyeron que el Agremax tiende a lixiviar altas concentraciones de arsénico, boro, cloruro y cromo. En segunda instancia -y dependiendo de la acidez o alcalinidad (pH) del medio-, el Agremax puede lixiviar fluoruro, litio, molibdeno, selenio, sulfato y talio.

Se encontró, además, que algunos metales pesados como plomo, aluminio y cadmio sobrepasaron hasta 250 veces los niveles de los National Recommended Water Quality Criteria. Estos criterios, establecidos por la EPA, regulan unos 150 contaminantes en aguas públicas y potables, explicó Osvaldo Rosario, profesor de Química Analítica en la Universidad de Puerto Rico.

"El estudio reveló que las cenizas exceden los niveles permitidos (por la EPA). Definitivamente, el estudio arrojó que las cenizas son bien tóxicas", dijo Rosario, al explicar que en la investigación se utilizó una prueba conocida como Leaching Environmental Assessment Framework (LEAF) para analizar el potencial de lixiviación del Agremax a diferentes niveles de pH.

Por costumbre, contó el profesor, la toxicidad de las cenizas se mide con una prueba conocida como Toxicity Characteristic Leaching Procedure (TCLP), que "no es representativa", pues solo considera un nivel de pH.

Rosario, entretanto, advirtió que "es cuestión de tiempo" para que los metales pesados de las cenizas de...

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