Tragedia que no termina

Por Israel Rodríguez Sánchez

israel.rodriguez@elnuevodia.com

"Si pones una orden de protección no la quites porque mira lo que estamos pasando ahora", manifestó ayer Amarylis Domínguez Rivera, hermana de la víctima, en medio del dolor por la tragedia.

Vélez Rivera había puesto una orden de protección contra el padre del bebé que esperaba y sospechoso del asesinato, Sandy Torres Méndez, hace unos meses, pero luego la retiró a petición de la abuela del hombre.

"Ella (Vélez Rivera) le había puesto una orden (de protección por amenaza) y por la abuela, que vino aquí llorando, ella se la retiró", relató Domínguez Rivera. La petición para que retirara los cargos buscaba que Torres Méndez, quien enfrenta una probatoria a nivel federal, "no se perjudicara", según Domínguez Rivera.

El hecho de que la víctima haya pedido el retiro de la orden de protección no justifica en lo absoluto el asesinato. Una orden de protección tampoco es una garantía de que no ocurrirá un acto violento, pero sigue siendo una medida de prevención contra agresores.

Domínguez Rivera contó que la última vez que vio a su hermana fue el miércoles por el día antes de que esta acudiera a una cita con el ginecólogo porque tenía siete meses y medio de embarazo.

A eso de las 8:30 de la noche, Vélez Rivera regresó a su residencia, en los altos de la casa de su madre, en el barrio Matón Arriba, de Cayey, cuando fue tiroteada. "Simplemente, ella llegó, llamó a mi mamá: 'Hello, mami, mami, mami'. Cuando se oyó la detonación y corren hacia abajo él le había disparado por el lado del guía a ella", narró Domínguez Rivera, justo en el lugar donde ocurrió la tragedia.

Aunque llegó con vida al hospital de área de Cayey, Vélez Rivera...

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