Tras un ambiente de tolerancia escolar

Por Marga Parés Arroyo

Mpares@elnuevodia.com

"Esto hay que ponerlo en práctica, la escuela lo tiene que vivir", dijo ayer Anita Yudkin Suliveres, coordinadora de la Cátedra Unesco de Educación para la Paz, de la Universidad de Puerto Rico.

La catedrática participó ayer de un panel en el IV Congreso Mundial sobre Derechos de la Niñez y la Adolescencia que culmina hoy en San Juan.

Según explicó, cuando se educa para la paz se promueve que el estudiante aprenda a convivir, a respetar a los demás, a conocer los derechos humanos que les cobijan y a aprender a resolver conflictos.

Ravi Karkara, de Unicef, mencionó una serie de ejemplos de cómo jóvenes de diversos países se han levantado para hacer valer sus derechos y crear cambios en sus comunidades.

En Nepal, por ejemplo, se crearon grupos para prevenir que jóvenes de diez a quince años sean engañadas al hacerles creer que les darían trabajo en otro país como empleadas domésticas, cuando realmente eran conducidas a una red de prostitución.

Asimismo, en Rumanía se hizo una campaña que condujo a que el gobierno prohibiera el castigo corporal en las escuelas, mientras en Uganda del Norte las jóvenes abogaron por su derecho a la educación.

"La participación de la niñez es un derecho clave para la realización de los derechos humanos", puntualizó Karkara.

Por su parte, Carmen Maldonado, especialista de servicios educativos para el desarrollo infantil, del municipio de San Juan, promovió un modelo para manejar conductas difíciles en niños de edad preescolar.

Según Maldonado, aunque es tolerable -hasta cierto punto- que los preescolares demuestren ciertas conductas en el aula, se les debe enseñar a autorregularse para evitar que muerdan, griten o golpeen a otros.

El modelo pretende que a través de una pirámide de enseñanza, el profesional educativo ayude los niños a construir relaciones positivas y a diseñar ambientes de apoyo.

A los niños que corren riesgos se les deberá dar estrategias de enseñanza social y emocional, mientras a los que tienen dificultades persistentes se les deberá atender individualmente.

"Algunos pueden tener ciertos problemas, como autismo o retraso", dijo. Como ejemplo, mencionó que de la matrícula de 4,200 niños que hay en los 90 Centros Head Start (189 salones) en San Juan, se han identificado a 365...

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