El valor estratégico de la valoración

POR MARCUS A. SULLIVAN

MBA, CVA

La importancia de realizar una valoración responde no solo a la necesidad de conocer cuál es el justo valor de mercado de una empresa sino también responde a la necesidad de saber en qué dirección va y qué medidas específicas se deben tomar para lograr los objetivos deseados.

La valoración sirve para medir la efectividad de la gestión, planificar estratégicamente y definir un plan de acción que se traduzca en iniciativas concretas y medibles que contribuyan a generar valor a medio y largo plazo. En este sentido, resulta clave conocer el justo valor de mercado de la empresa dado que no se puede mejorar lo que no se puede medir. Estas iniciativas permiten no solo tener una presencia más fuerte y sólida en el mercado, sino que también le ayudan a tomar decisiones acertadas en tiempo y forma.

A tal efecto, la valoración de una empresa representa un ejercicio estratégico de mirar hacia el futuro, que le permite saber no solo el valor de los activos, incluyendo el valor intangible o "goodwill" sino que también le permite identificar cuáles son los principales generadores de valor o "key value drivers" de su empresa. Esto representa un factor crítico en la gestión y la toma de decisiones estratégicas que los dueños, socios y accionistas enfrentan y que resulta clave en el futuro de la empresa.

La valoración es una estimación aproximada del justo valor de mercado según el método, tiempo, entorno y situación actual en que se encuentre la empresa al momento de realizar el ejercicio. Se basan en la aplicación de diversos métodos para llegar a una conclusión de valor que está influida por las condiciones generales del mercado, crecimiento proyectado, costo de capital, niveles de endeudamiento, tasas de descuento y, sobre todo, la capacidad para generar flujos de caja o "free cash-flows".

Aparte de servir de tasación, la valoración representa una herramienta que nos ayuda a fijar el valor presente de los ingresos futuros que proyectamos a base de descontar, a una tasa de interés variable, los flujos de caja proyectados de 3 a 5 años y asumir una perpetuidad después de ese periodo.

Dado que el valor de la empresa depende, en gran medida, de la capacidad que tenga la misma para generar flujos de caja, el cálculo del valor actual de dichos flujos se considera el método más usado y aceptado, asumiendo que la empresa tenga continuidad y esté en pleno crecimiento. Los métodos de valoración más comunes son el "income, asset y...

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