Tiene ventajas jugar sin juguetes

Por Ivis Negrón Pérez

ivis.negron@gfrmedia.com

Recordar que jugó "Veo Veo" con sus dos hijos por hora y media durante un viaje de Carolina a Moca, todavía le provoca asombro y gozo a Benedicta Arocho. Sin un solo juguete, solamente ejercitando sus sentidos, la madre logró que el viaje se les hiciera más corto y que sus hijos disfrutaran, mientras aprendían y utilizaban la imaginación.

Ahora, con sus hijos convertidos en adolescentes de 10 y 12 años, Arocho guarda en su cartera un paquete de cartas para que, cuando les toque esperar en alguna oficina médica, se entretengan juntos.

"Es la forma de que nos conectemos y que, si tienen dudas sobre algo, me pregunten", comentó Arocho, una secretaria de profesión que busca, en medio de los afanes diarios del trabajo y los estudios, tener un espacio de recrearse en o fuera del hogar. Lo hace ya sea con una partida de dominó, enseñándoles a jugar trompo o retándolos en alguno de sus juegos electrónicos.

Es la estrategia que ha utilizado para que sus hijos comprendan que los juguetes realmente son un objeto de recreación, de aprendizaje y de relacionarse, no de aislamiento. Tampoco una necesidad. "Cuando yo les digo jugar, trato que estemos los cuatro (miembros de la familia)", señaló, porque con el juego, provoca que se recupere eso que es tan preciado para su familia: la afectividad, la buena comunicación y el esparcimiento.

Son ideales que se pierden de perspectiva en estos días de Navidad, cuando se busca agradar - a veces excesivamente - a los hijos o familiares con los regalos de moda, que a veces atentan con convertirse en "cuidadores" en vez de instrumentos que ayuden a fomentar buenas relaciones, advirtió la sicóloga de familias y niños, Luisa Alicea.

La Convención sobre los Derechos del Niño exige que se reconozca "el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes". Es poco probable que eso ocurra si jugar se vuelve una experiencia individualista para el niño y ajena al adulto, alertó la sicóloga.

"Los niños están bien solos y tienden a deprimirse porque se sienten solos, porque sus cuidadores son los juegos y a veces se usan para...

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