En voz

Por Tatiana Pérez Rivera . tperez@elnuevodia.com

Como ese momento justo cuando entras a brincar la cuica que sujetan dos amigos. Pues así. La línea había que atacarla en el momento preciso. Ni un minuto más ni uno menos porque la exactitud y la sincronización labial son el secreto de un doblaje perfecto. Si es que eso existe.

Para muchos puertorriqueños que formaron parte de la industria del doblaje de películas, series y hasta muñequitos en el Puerto Rico de mediados del 1950 y 1960, ése era uno de los atributos del producto que lograban.

"Quedaba perfecto porque el sistema era perfecto y los actores y locutores eran la crema", señala Luis Antonio Rivera "Yoyo Boing", aún activo en la televisión local, sobre los colegas con quienes compartió labores en dicha época, como Orlando Rodríguez, Emma Rosa Vicenti, Axel Anderson, Adela Villamil, Braulio Castillo, Fanny Kock, Mercedes Sicardo, Roberto Rivera Negrón, Ricardo Palmerola, Esperanza Martínez, Nilda Luz Peña, Ofelia D'Acosta, Manuel Pérez Durán, Juan Carlos Santacruz, Santiago García Ortega, Ulises Brenes, Walter Mercado y Raúl Carbonell, padre, entre muchos otros.

"El doblaje puertorriqueño estaba considerado uno de los mejores porque no había acento", dice, de otra parte, Carbonell, quien señala que los mayores competidores de la Isla estaban en las industrias homólogas en México, Argentina o España.

No fue fácil en principio lograr el famoso "español neutral" a prueba de confusiones.

"Aquí se absorbe la j, la s no se pronuncia al final y en eso no podíamos fallar. El actor que tuviera problemas con eso y con atacar la línea con la precisión que exigía pues estaba perdido en el doblaje", insistió el locutor.

Atacar la línea es sinónimo de acción. Así llamaban los actores el momento justo en que debían decir el parlamento cuya sintaxis se había ajustado en la traducción para que el movimiento labial sincronizara en ambos idiomas, el original y el visitante.

Ambos coinciden en que el manatieño Ángel Ramos, un visionario hombre de negocios en la industria de las comunicaciones "trajo" el doblaje de películas a la Isla en la década del 50. Igual había hecho previamente al fundar el canal Telemundo, adquirir el periódico El Mundo y WKAQ Radio.

Esther Palés y su esposo, Pepe H. Rodríguez, dirigían el Departamento de doblaje de la empresa.

"Don Ángel Ramos era un pionero", rememora Carbonell. "El doblaje lo empezamos donde está Fine Arts Cinema en Miramar y en radio El Mundo".

Una pareja de...

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