La voz de la conciencia sísmica en Puerto Rico

Al referirse al futuro de Puerto Rico tras el terremoto del 7 de enero y sus incesantes réplicas, el geomorfólogo José Molinelli Freytes recurre al emperador francés Napoleón Bonaparte."Una vez, Napoleón dijo a sus generales que quería que sembrarán árboles a lo largo de todos los caminos que conducían a París. Los generales le cuestionaron a base de cuánto tardan en crecer los árboles, y él les respondió que, precisamente por eso, había que sembrarlos ahora mismo. En esa situación, estamos los puertorriqueños ahora", dice."Precisamente, porque las cosas no se hacen de un día para otro, hay que empezar a reconstruir el país con una visión. El objetivo final de esa visión de futuro debe ser que puedan ocurrir terremotos, huracanes o alza en el nivel del mar, pero no tienen que ocurrir desastres. Los eventos (naturales) no pueden evitarse, pero sí los desastres", agrega.Molinelli Freytes es la voz que, por las pasadas cuatro décadas, advirtió que un sismo como el del 7 de enero, que tuvo una magnitud de 6.4, podía ocurrir en cualquier momento. Año tras año, administración tras administración, se le oyó decir, incluso, que la isla está rodeada de placas tectónicas capaces de producir terremotos aún más fuertes, como los reportados en 1918, 1867 y 1787.Sus palabras, sin embargo, parecieron caer en oídos sordos. Se siguieron otorgando permisos de construcción en la costa y otras zonas vulnerables, y no se estableció política pública para atender y solucionar el problema de edificación informal o criolla, es decir, aquella que no se rige por los códigos vigentes.Los efectos de esas y otras determinaciones son más que evidentes en estos días, afirma el experto. La inmensa mayoría de los daños estructurales asociados con el terremoto y sus réplicas ocurrió en comunidades costeras o desventajadas económicamente, en las que predomina la construcción informal.El tiempo le dio la razón a Molinelli Freytes, aunque prefiere no decirlo de esa forma. "No es momento de decir ‘te lo dije’, sino de hacer lo que no hemos hecho. Se nos ha hecho tarde, pero aún estamos a tiempo", sostiene.Por otro lado, el catedrático jubilado del Departamento de Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras no titubea al afirmar que la respuesta gubernamental a la emergencia sísmica ha sido deficiente.Se reafirma, asimismo, en que las autoridades estatales deben reubicar a los damnificados fuera de la llamada "zona cero", o sea, los cinco municipios más afectados: Guánica, Yauco, Guayanilla, Peñuelas y Ponce."Aquí se ha cometido un error, como si el evento hubiera acabado, pero no es así. Me parece una cosa insensible dejar a esa población en la misma zona del epicentro, donde oyen el ruido de los temblores… es una población estresada emocionalmente, como lo está una gran parte de la población en Puerto Rico", dice.No le han dado explicaciones -y no las espera-, pero Molinelli Freytes hipotetiza que, debido a sus opiniones, la administración de Wanda Vázquez Garced solo lo ha contactado una vez desde el pasado 28 de diciembre, cuando inició la secuencia sísmica que aún persiste.Ese único contacto produjo una reunión el 5 de enero, un día antes del temblor de magnitud 5.8 que derribó las primeras viviendas en Guánica. Dos días después, ocurrió el terremoto de 6.4, que mantiene a miles de ciudadanos durmiendo en campamentos...

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