La voz prominente de los demócratas

WASHINGTON.- Dos meses después de jurar en su puesto, la boricua Alexandria Ocasio Cortez ha pasado de ser la activista que dio la mayor sorpresa de las primarias de 2018, al vencer a uno de los líderes del Congreso, a convertirse en la voz más prominente de la nueva ola liberal del Partido Demócrata de EE.UU.Ocasio Cortez es fruto del activismo de aquella campaña, en la cual participó, y voz poderosa de los que se describen como "demócratas socialistas".Con un estilo transparente sobre su trabajo en el Congreso, interrogatorios legislativos bien planificados y aferrada a ideas ambiciosas como el "Nuevo Acuerdo Verde", Ocasio Cortez tiene una visibilidad en el debate nacional estadounidense quizá nunca vista en una persona recién llegada al Congreso. Sin duda, una presencia en la política de EE.UU. que nunca ha tenido un boricua.Convertirse en la voz más influyente entre los nuevos liberales del Congreso le ha supuesto ser el objetivo principal de las críticas de los conservadores, que le miden cada palabra que dice y hurgan cada paso que ha tomado.Los sectores conservadores le cuestionan cómo viste, si utiliza Uber más que el subway de Nueva York, dónde vive en Washington D.C., a qué supermercados va y hasta le imputan -por proponer reducir las emisiones de gases de la producción industrial de ganado- querer quitarle a la gente su hamburguesa.Hace unos días, un grupo conservador -National Legal and Policy Center -presentó una querella ante la Comisión Federal de Elecciones (FEC) alegando, entre otras cosas, violaciones electorales del comité de Ocasio Cortez, por supuesta falta de información en torno al pago de $18,880 a la empresa Brand New Congress, desde la cual su director de campaña y ahora jefe de Gabinete, Saikat Chakrabarti, coordinaba los esfuerzos a favor de la elección de liberales al Congreso. Su asesor legal ha insistido en que todo está en orden, y expertos sostienen que, en cualquier caso, se trata de fallas menores.A Ocasio Cortez -quien tiene 3.4 millones de seguidores en Twitter y 2.6 millones en Instagram-, la obsesión de los conservadores le parece "un trabajo adicional"."Laboro a tiempo completo en el Congreso, pero luego me quieren imponer otro trabajo en el cual me dedico a ser la villana más grande de Estados Unidos o la nueva esperanza. Y es bastante agotador. Solo soy una persona normal. Sabía que no les iba a gustar (a los republicanos). Soy una demócrata. Yo soy una mujer. Soy una mujer joven. Una latina y soy...

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