Pucón todo el año

Pucón

Por Mariana Lafont

Los inicios de Pucón se remontan a 1883, cuando el ejército chileno instaló por allí un fuerte para proteger las fronteras. Luego se fue desarrollando gracias a la colonización europea, en especial alemana, que comenzó a llegar a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Su convivencia con los nativos dio como resultado una fructífera actividad ganadera y forestal. Más tarde, a partir de los años 30, el turismo se fue desarrollando progresivamente con la aparición de diversos hoteles, entre los que se destaca el Hotel Antumalal por su construcción de vanguardia estilo Bauhaus y su privilegiado entorno. Situado a dos kilómetros del centro y erigido entre 1945 y 1950, se le considera uno de los primeros hoteles boutique de Latinoamérica.

El volcán Villarrica (o Rucapillán, que significa "casa del espíritu o del demonio" en mapuche) tiene 2,847 metros de altura, es el más activo de Chile -hasta ahora tuvo 82 erupciones- y se encuentra dentro del parque nacional homónimo. La reserva de 63 mil hectáreas, creada en 1940, tiene un centro de esquí, una zona de acampe en verano y varias sendas de trekking. Protege una zona de los bosques andino-patagónicos donde abundan araucarias y lengas en zonas altas, y raulí, mañío de hoja larga y coihue en las más bajas. La fauna está representada por pumas, zorros, pudúes, coipos, peucos y monitos del monte, entre otras.

La excursión más famosa, ya es todo un clásico, es el ascenso a la cima del Villarrica y su cráter. Y, para quienes no quieran hacer tanto esfuerzo se pueden visitar cráteres y cuevas volcánicas, una gran incursión a las entrañas de la Tierra. La excursión se realiza por el interior de una cueva moldeada por la lava de una de las tantas erupciones que ocurrieron en la historia del Rucapillán. Antes de internarse en la cueva propiamente dicha, en la Casa de los Volcanes hay una charla sobre vulcanología y una cronología de toda la actividad registrada del Villarrica. Luego de la charla el grupo, equipado con cascos y linternas, entra a la cueva y desciende hasta 45 metros bajo tierra. El guía abre camino entre estalactitas y diversas formaciones de lava solidificada. Estando allí abajo impresiona pensar que se está dentro de un río de lava subterráneo, tan cerca al volcán.

Nosotros optamos por ir a la cima. Afortunadamente había buen clima y todo indicaba que subiríamos (muchas veces no se puede por las nubes en la cumbre). Luego de hacer 12 kilómetros, entramos al área...

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