Dos largas sombras

PEDRO REINA PÉREZ

HISTORIADOR

Regresan los relatos de heroísmo, de sacrificio personal y de tragedia, aderezados por el creciente nacionalismo que arropa a Estados Unidos y que simplifica las cosas para avivar la llama del patriotismo llano que tanto enardece al Tea Party, ese grupo activista de la derecha nostálgica republicana.

El espíritu empresarial indomable que reconstruye el lugar con una nueva torre y un hermoso monumento asoma la cabeza también con sus ceremonias seculares que se proyectan como un tributo, aunque también como una justificación velada a la guerra. Guerra sutil y guerra descarada. Nada escapa al relato mediático o mediatizado. Pero este décimo aniversario tiene otros significados importantes para la cultura.

El secuestro de cuatro aviones de pasajeros el 11 de septiembre de 2001 con un fin siniestro alteró para siempre la aviación comercial subrayando el peligro potencial que asume quien viaja en líneas aéreas convencionales.

Este peligro, muchas veces, exagerado, convirtió las cabinas de esos aviones comerciales en un micro-espacio social radicalizado y vigilado donde la apariencia determina el tratamiento o el grado de sospecha que se confiere a quien se aparte del estereotipo del "buen" ciudadano.

Nada de velos o turbantes, cuidado con las barbas y las melenas y por supuesto, cero líquidos. El miedo al terrorista autoriza al racismo y al chauvinismo si de viajar en avión se trata. Cualquier conducta que active el temor se exagera hasta el punto de clamar por el uso de la autoridad y de la fuerza sin los controles tradicionales. Todo para proteger un orden frágil en nombre de la seguridad ambigua.

La difusión por parte de los medios audiovisuales del ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 cambió para siempre el modo en que nos relacionamos con los eventos noticiosos.

Ese día, al conocer del estrellamiento de un avión, corrimos a la televisión, no a ver si lo presentaban, sino para ver dónde lo presentaban. Quedamos marcados. No había espacio para...

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