'Obama, I care'

EDGARDO RODRÍGUEZ JULIÁ

ESCRITOR

Lo decía porque el colonialismo, aún vigente en nuestro país, es la negación del liberalismo. Esta hipocresía en el alma del Imperio donde mejor se resume es en las palabras de ese paladín del liberalismo norteamericano y el capitalismo benefactor: Franklin Delano Roosevelt decía sobre el dictador Rafael Leonidas Trujillo, quizás el más sanguinario de los sátrapas latinoamericanos :"He is a son of a bitch, but he is our son of a bitch". La hipocresía es humana, y en el mundo imperial anglosajón siempre tuvo un acento especial.

La tragedia de Barack Obama ha sido, precisamente, cómo conciliar un ideario liberal, democrático, como correspondería al primer presidente norteamericano de raza negra, además demócrata, con los designios y destinos manifiestos del Imperio U.S.A., que nosotros los puertorriqueños hemos sufrido desde su adolescencia, aunque más bien como rémoras de la tintorera imperial que como luchadores nacionalistas.

Pienso que tanto las batallas como las guerras libradas para lograr una nación aparte se han perdido y se perderán. Pero, justo es decirlo, tampoco es que los puertorriqueños hemos luchado tanto por tener un país completo, una nación independiente y no meramente una nacionalidad.

Hemos sido muy de la boca pa' fuera y no de las entrañas para adentro, como los cubanos.

Luchadores por esa nación fueron los nacionalistas bajo el mando y la ejemplaridad de Pedro Albizu Campos. Lucharon y murieron desde los años treinta, recibieron largas condenas de cárcel, siguieron en la lucha armada hasta mediados de los cincuenta, oponiéndose a la colonia reformada, atentando contra la vida de Luis Muñoz Marín y el Estado Libre Asociado.

En el 1954 se transformaron hacia un tipo de violencia y luego, a mediados de los setenta, a otro completamente desconocido para nosotros. En 1954, durante el ataque al hemiciclo de la Cámara de Representantes en el Congreso federal, atentado "a tiro limpio", como hubiese dicho don Juan Antonio Corretjer, milagrosamente nadie murió. Estos nacionalistas fueron encarcelados durante casi tres décadas y a su regreso, indultados por el presidente Jimmy Carter, fueron recibidos con gran júbilo por el movimiento independentista. Pero para esos mismos años, y dada la creciente asimilación de este país a Estados Unidos, la desesperación albizuísta cobró un nuevo giro. En 1975 ocurrió un acto "terrorista" en Nueva York por el cual se responsabilizó el Frente Armado de Liberación...

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