Vencer el frío con el amor

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Para las familias que estén buscando un escape a los cines durante la época de Acción de Gracias y Navidades, el elemento más importante de este filme es que entretiene y provee diversión. Sin embargo, la razón por la cual esta película animada sobresale de las demás es que todas sus herramientas básicas (la trama, la animación y la música) están cargadas de un balance peculiar de inteligencia y humor que le da un aura mágico a lo que podría haber resultado trillado y superficial.

La trama de la película gira alrededor de las dos princesas del reino de Arindale. Temprano en su infancia Elsa, la mayor, descubre que tiene poderes particulares para generar y manipular hielo y nieve. Esto es infinitamente fascinante para Anna, su hermana menor, pero un accidente la deja a ella herida y a Elsa traumada ante la posibilidad de volver a lastimar a su hermanita. Para evitar que esto suceda, sus padres la aíslan para que aprenda a reprimir sus poderes mágicos. Años más tarde llega el momento en que tiene que aceptar su lugar como Reina, pero un incidente desata sus poderes y deja a toda la nación congelada en un invierno permanente. Para resolver la situación, Anna tiene que lanzarse en una aventura para convencer a su hermana de que sus poderes son una bendición mágica y no una maldición.

Una de las cosas que distingue a este filme de las ofertas clásicas animadas del estudio, es la sensibilidad moderna que se integra de forma ingeniosa socavando estereotipos y fantasías románticas. Sería una exageración declarar estos cambios como revolucionarios, pero definitivamente es sorprendente y apreciado ver un filme de princesas de Disney donde el enfoque...

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