Vive a través de la Música

Por rosalina marrero-rodríguez

rosalina.marrero@gfrmedia.com

A los tempranos 10 años de edad, su juguete preferido ya era la trompeta y su idea de lo que era un superhéroe nada tenía que ver con capas ni vestiduras de hierro.

El poder para él estaba en la música, en figuras como el fenecido Eddie Pérez, "La Bala", por quien quiso aprender saxofón, pero resultó "muy malo", y en lo que aprendió en sus intentos por colarse en los ensayos de Rafael Cortijo e Ismael Rivera.

Así aprendió a tocar su primera canción, Quítate de la vía Perico, con una trompeta que todavía conserva junto a otras cuatro que lo han acompañado en su vida musical. Con la segunda que tuvo, una Bach Stradivarious, tocó por 48 años, la que guarda los más gloriosos de su carrera como trompetista, arreglista y productor.

Al clásico salsero le debe el "Perico" en su nombre, el que honra con múltiples imágenes de aves en distintos espacios del hogar que comparte con su único amor, su esposa Diana Iris Vías Marrero.

Producto de la Escuela Libre de Música y del Conservatorio de Música, el santurcino de Trastalleres tuvo varios momentos en su juventud que delinearon su presencia en las más importantes tarimas del país y Nueva York, donde surgía el movimiento que revolucionó el género de la salsa bajo el nombre de La Fania. Uno de estos fue cuando a los 16 años renunció a todo en Puerto Rico y llegó a Nueva York perdido, con el único norte de encontrar al prominente jazzista cubano Mongo Santamaría.

"Yo soy producto de las oportunidades y le doy gracias a Dios por cada una de ellas, las buenas, las menos buenas y las malas, pero hay que tener contenido para que cuando esa puerta abra, puedas entrar con fortaleza, con presencia, de lo contrario la puerta se cerró y se quedó. Y esa historia es una muy bonita, porque tendría 16 años, y la década del 60 fue la más preciosa de Puerto Rico, desde mi percepción; los hoteles tenían orquestas de primer orden, se hacían jingles, yo me pasaba todo el día tocando, fui miembro de la orquesta de Lito Peña, trabajaba mucho, por lo tanto ganaba mucho a temprana edad. Pero llegó un momento en que Puerto Rico se me quedó un poco pequeño y tenía hambre de hacer otras cosas", cuenta desde la terraza de su casa.

"Cuando llego allí estoy perdido y cuando sigo buscando veo al bajista de la Orquesta Panamericana, Isis Feliú, y le digo que estaba buscando a Mongo Santamaría y me dice: 'Yo te voy a ayudar, pero ahora soy bajista de la orquesta de Tito Puente. Ven conmigo y después de te voy a ayudar conseguirlo, porque yo conozco al hijo'. Cuando llegamos a un sitio, la primera trompeta de Tito Puente no había ido ese día y él dice: 'Mira, este nene que está aquí es uno de los mejores trompetistas de Puerto Rico' y ese mismo día empecé a tocar con Tito Puente".

Cuando chiquito, mi crecimiento fue alrededor de la iglesia y de la música, y los sábados me iba con mi trompetita, media libra de pan con pasta de guayaba del Gobierno y preparaba mi loncherita y me iba a los ensayos de Rafael Cortijo e Ismael Rivera. Detrás de una verja de cyclone fence, yo me sentaba a hacer como si estuviera tocando con ellos, y oía los ensayos de Quítate de la vía Perico, todos esos éxitos de la década...

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