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Una vez más la UPR se encuentra en el penoso proceso de seleccionar a un presidente.Hasta el presente cinco candidatos se han lanzado al ruedo. Ellos son Nivia Fernández, Miguel Muñoz, Arturo Avilés, Carlos Colón de Armas, y Martha Quiñones. De estos ya los primeros cuatros fueron descartados por el Senado Académico de Río Piedras, y solo será considerada para una segunda ronda Martha Quiñones Domínguez.

La dinámica que se desarrolla con este proceso es arcaica, obsoleta e irreal. Una posición como esta no se solicita sino que se ofrece a unos individuos que se han identificado por un equipo competente. No ocurre así en las mejores universidades del mundo como son Harvard, William Mary, Berkely, UCLA, MIT, Yale, Chicago, Northwestern y Carnegie Mellon, solo por mencionar algunas. El proceso utilizado por la UPR está viciado con una concepción errónea de lo que es democracia. La selección de ese ejecutivo debe de seguir un estilo técnico científico y no un concurso de popularidad. Hace unos meses que escuchamos a unos estudiantes sugiriendo el nombre de Carlos Webber, periodista de prestigio, para presidente.

Lo más importante de la experiencia es que no aprendemos de la historia y cometeremos el mismo error una y otra vez. Las consultas no obligan a la entidad nominadora. Es así como en 1991 un comité diseñado al estilo político partidista logra conseguir la mayoría de los endosos para Herman...

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