100 y sigue contando
Por Ileana Delgado Castro
idelgado@elnuevodia.com
En una encuesta informal realizada a través de facebook.com/elnuevodia, más del doble de los participantes opinaron que les gustaría llegar a los 100 años de edad. Sin embargo, el tema de la vejez y la longevidad es uno sensible, abierto a ideas contrastantes. Yanitza De León, comentó en nuestra página en Facebook "que es motivo para celebrar porque, como está este mundo, es un logro llegar a los 100". Abner Rosa Rivera, también es de esta opinión. "Sería un honor y un gran privilegio" dice. De igual modo, Shantall Rodas explicó: "Mi papá se murió a los 55 años, se fue muy rápido. Hay que vivir la vida al máximo". Entre quienes comentaron no faltaron personas con conocidos o familiares envejecientes que sobrepasan el centenario. "La tía de mi madre tiene 102 años, todavía camina y tiene la mente más clara que yo. Mi abuelo murió de 102 años, yo espero durar muchísimo", expresó Lucy Díaz.
Aunque la percepción en las redes sociales ampliamente se inclinó hacia este pensar lo cierto es que gran número de las expresiones sobre este tema hizo hincapié en que el deseo de llegar a una edad avanzada dependía de gozar de buena salud. "Si Dios me da licencia para vivir hasta cumplir los cien años, le pido que me deje tener buena salud y no perder la memoria ... pero para estar tirado en una cama, no" señaló Jorge L Quiles. "¡No, no quiero ser carga para nadie!", comentó Mildred Matos Luyanda. "Me inquieta la vejez sin poder hacer mis cosas y depender de alguien", opinó, por su parte, Carmen L. Cancel Colón.
Y es que en la vida, toda visión está sujeta al lente con qué se miren las cosas. Para hablarnos de cómo es realmente esta estapa, que puede ser objeto de reflexión, de celebración, curiosidad y hasta de debate, entrevistamos a envejecientes y expertos en geriatría y nutrición.
Le canta una sugestiva canción que habla de amor. Mientras lo hace, la mira con coqueteo y ella lo observa entre el asombro y la admiración.
No es para menos. El consumado cantante, que termina su improvisada melodía con una gran sonrisa de satisfacción, recién cumplió 103 años. Pero por su tono de voz y su aspecto, muy bien podría presumir de menos edad.
Pero don Emilio Flores Márquez, quien nació el 8 de agosto de 1908 en el barrio Santa Cruz de Carolina en el seno de una familia "muy pobre, honrada y trabajadora", se siente muy orgulloso de los años que tiene.
"Bajo las circunstancias, uno se mira a sí mismo y se da cuenta de que ya no es el...
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