Sanación de adentro hacia afuera

end.croldan@elnuevodia.com

La expresión corporal forma parte de quienes somos. Es una forma de lenguaje tan o más poderosa que las palabras. Precede, incluso, al lenguaje.

La danzaterapia es un práctica que toma en cuenta estas características del movimiento. Parte de la premisa de que somos cuerpo, mente y espíritu. A través de una combinación entre la sicología y el movimiento busca ayudar a las personas a integrar la salud emocional, física y mental.

"Hay una conexión entre el cuerpo y la mente", precisa la danza terapeuta Thania Acarón. "A veces tenemos unas defensas en la cabeza. Y cuando nos toca expresarnos de otra manera creativa puede ser que el cuerpo nos sorprenda. El lenguaje puede ser una defensa de otro estado. Refleja esa comunicación de cuerpo y mente que hemos olvidado", precisa.

Aunque suene a novedad, la también bailarina profesional explica que la danzaterapia es una práctica antigua.

Se originó en la década de los años 50, como parte del tratamiento para pacientes con enfermedades mentales internados en hospitales. Junto a la musicoterapia, la dramaterapia, el psicodrama y el arteterapia conforma las cinco ramas de la Terapia de Arte Creativo. Un campo estudiado, practicado y utilizado como herramienta de tratamiento complementario a múltiples condiciones y padecimientos de salud para personas de todas las edades.

Una sesión individual inicial de danzaterapia puede parecerse en algunos aspectos a una consulta con un sicólogo.

"Hay un proceso de evaluación claro, que puede ser breve, para tener una idea de lo que está pasando", explica Acarón, una de las dos danzaterapeutas residentes en Puerto Rico que aparecen en el directoria de la Academia Americana de Danza Terapia.

A partir de esa conversación, el desarrollo de la sesión está basada, muy específicamente, en la necesidad del paciente que algunos llaman cliente. De ahí la diferencia esencial con la terapia sicológica tradicional pues en lugar de contarlo todo con palabras se utiliza la expresión corporal para exteriorizar emociones.

La palabra danza no debe confundir el propósito de la terapia. No se trata de una clase de baile ni se espera que la persona demuestre ninguna destreza. Es más, a menudo, el encuentro sirve para concienciar a la persona respecto a cuán desconectada puede estar de sus propias sensaciones.

"El movimiento tiene que venir del paciente. No es que yo venga con un plan, eso sería una clase. Tampoco se busca una estética. No estoy haciendo...

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