Arrojada ante la creaciÓn

Por Tatiana Pérez Rivera

tperez@elnuevodia.com

Completó un bachillerato en el campo de las comunicaciones en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Arecibo a inicios de la pasada década que la entrenó como fotógrafa, pero refrescó conceptos cuando hace pocos años retomó el arte de la fotografía.

Estudió otro bachillerato en la Escuela de Artes Plásticas (EAP), pero el trabajo autodidacta producto de lecturas, reflexión y preguntas "al que sabe", la ayudaron a desarrollar una propuesta de fotografías intervenidas que ha logrado atención en certámenes y entre entusiastas del arte.

Quiso darle alas a la casa de producción teatral que cumpliría el sueño de su esposo, Lino Hernández, propietario de algunos Supermercados Econo, así que estudió lo que decían los textos y lo que sabían los expertos.

"Me atrevo a hacer las cosas y creo que tiene que ver con esa malicia que tenemos los comunicadores de ver el entorno, estamos como investigadores privados 'espérate, qué es lo que se hace aquí', 'cómo se hace tal cosa', 'cómo se forma ese monstruo', menciona la vegabajeña de 32 años que se define esclava de la agenda en la que calcula hasta el más mínimo segundo de su día "para aprovecharlo al máximo y cumplir con todo lo que lo que invento y en lo que me meto".

Su taller-escuela en Dorado, Arte Lienzo, deja claras pistas de su personalidad e intereses. Está pulcra y perfectamente en orden. Hay espacio para intercambiar ideas en largas reuniones de producción, espacio para hacerlas realidad y áreas para satisfacer otros intereses como la educación en arte de pequeños y jóvenes.

"Este es el collage de lo que es mi vida", indica sobre el taller la mujer que además de artista, productora teatral y maestra de arte ha sido coordinadora de bodas y vive la maternidad con los hijos de su esposo, de 14 y 11 años, que conviven con el matrimonio en Dorado.

"Este es mi espacio. Aquí pinto, están las telas, desarrollo lo que tiene que ver con las obras, si hay que hacer un shooting lo podemos trabajar aquí también, manejo conceptos y vienen los nenes a las clases. Los sábados vienen los míos", indica sobre "los fieles", esos que pensó no la seguirían desde que recién graduada abrió una escuela de arte en un "local pequeñito y modesto" en Vega Baja en el que cuenta se impactaban alrededor de 80 niños.

"Yo creí que no me iban a seguir desde Vega Baja y aquí están. Vienen los sábados desde las ocho de la mañana y estamos hasta las cuatro de la tarde; a algunos ya los...

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