Britto va tras los grandes

Por Rebecca Banuchi

rebecca.banuchi@elnuevodia.com

Sin embargo, la licenciada Dora Peñagarícano, de la batería de abogados que representa a Britto, y las compañías Britto Central, Art 800 y Giftcraft, advirtió que al momento de negociar con los demandados serán más severos con aquellos empresarios reincidentes en este tipo de faltas o que en este caso hayan participado como distribuidores o hayan vendido al por mayor productos falsificados.

"Con esos reincidentes, vamos a ser bien severos", dijo Peñagarícano, quien indicó que, de los 177 demandados, entre 30 y 40 son "de los grandes" distribuidores.

"Las personas que han hecho esto antes y que son los que trajeron los productos de China en cantidades industriales, obviamente las negociaciones con ellas van a ser mucho más severas", añadió la abogada.

Precisó que muchos demandados se han comunicado con ella en busca de llegar a entendidos, y han reconocido que sabían que los artículos que vendían eran una imitación del estilo de colores brillantes que ha hecho famoso a Britto internacionalmente.

Destacó que, de la extensa lista de demandados, solo hay un caso en Barranquitas que le hace pensar que verdaderamente desconocía que estaba mercadeando artículos pirateados.

"(Dijo) que no sabe nada, 'que no sé nada de nombres'... Las vio (las carteras) de colores muy bonitas, y no sabía que era de un artista reconocido y que sus diseños estaban registrados y sus marcas también", comentó a su salida del Tribunal Federal.

El pleito civil se basa en violaciones a las leyes de derechos de autor y las que protegen la marca y la imagen de un producto. También señala que los demandados incurrieron en competencia desleal y enriquecimiento injusto.

Durante la mañana de ayer, el juez federal Gustavo Gelpí emitió una orden de interdicto preliminar, que entre otras cosas, prohíbe que los negocios que hayan sido demandados continúen promoviendo y vendiendo la mercancía falsificada, y les exige entregar cualquier artículo de imitación que tengan.

El juez federal ya había emitido una orden de restricción que tenía el mismo efecto, pero por menos tiempo, y había exigido la incautación de las piezas falsificadas.

La vista de ayer tuvo que ser dividida en dos partes, pues la sala judicial resultó muy pequeña para la gran cantidad de personas citadas. Mientras esperaban por el inicio de la audiencia, la mayoría de los demandados lucían nerviosos y ocasionalmente hablaban en voz baja entre ellos.

Momentos después...

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