Escapismo

Ruth Merino

A los escapistas se les acusa de irresponsables e inmaduros. Se asume que no están capacitados para comportarse como verdaderos adultos. Desde mi perspectiva, sin embargo, a veces una dosis prudente de escapismo no viene mal. Quizás por eso se han inventado los finales felices al estilo de Hollywood, finales felices que el espectador acepta con gran satisfacción aunque no tengan una pizca de sentido común.

Durante esta semana he añorado esos finales felices. Si estuviéramos trabajando en Hollywood, ya sabríamos cómo enfrentar el alza en la criminalidad, la corrupción dentro y fuera del gobierno, los políticos cuya agenda incluye todo menos el servicio público, los seudoperiodistas que exhiben su morbosidad con un descaro que raya en la inmoralidad.

Pero no habitamos en el Reino de la Fantasía Hollywoodense y quizás lo único que podamos hacer entonces es tratar de entender lo que está pasando y aplaudir los esfuerzos que se hacen...

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