ETAPA DE TRANSFORMACIÓN

end.croldan@elnuevodia.com

La Organización Mundial de la Salud estima en 1,200 millones la población mundial de adolescentes (una de cada cinco personas). Para entenderlos y asistirlos en su camino a la adultez, no existe un mapa. Pero a continuación, varias expertas te orientan respecto a qué conductas generalmente esperar.

La depresión es una de las condiciones más comunes durante esta etapa y se presenta con mayor frecuencia en niñas, explica la sicóloga Glorisa Canino.

Al igual que ocurre con el resto de las enfermedades mentales, la causa se desconoce. Sin embargo, sí se sabe que hay factores asociados, como por ejemplo, los cambios hormonales propios de la edad. En el caso de las niñas, están en mayor riesgo de padecer depresión aquellas que experimentan la menstruación antes de los 12 o 13 años de edad.

"Otro factor para la depresión son los traumas como el abuso sexual, problemas en la familia o las relaciones personales, incluyendo a los novios", precisa la doctora, que labora en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico y quien además ha realizado estudios sobre el tema en la población de niños y adolescentes puertorriqueños.

Si alguno de los padres ha sufrido alguna condición mental, las probabilidades de que el menor también sea víctima de alguna también se incrementan.

La sicóloga clínica Ana Plaza destaca que durante la adolescencia una de las necesidades principales de los chicos es sentirse aceptados.

"Adoptan conductas del grupo simplemente para pertenecer", comenta respecto a esta tendencia que a los padres tanto les puede chocar. Recomienda que, en lugar de mostrar asombro o emitir juicios, fomenten la conversación con ellos.

Lo ideal es que la relación de confianza entre padres e hijos se haya fomentado desde la infancia. Si no ha sido así, aconseja buscar el tiempo para relacionarse con ellos de acuerdo a sus intereses y con actividades que den pie a la conversación tales como salir a comer algo que les guste.

"Es importante aprender a escuchar de una manera activa, sin emitir juicios o echar culpas", comenta la también profesora del Colegio de Estudios Graduados de Ciencias de la Conducta de la Pontificia Universidad Católica.

Los padres, señala, no deben confundir esa comunicación con falta de estructura o abandono de la supervisión. Durante la adolescencia los padres sí deben comenzar poco a poco a ofrecer ciertas libertades, de acuerdo a la madurez y responsabilidad que los chicos demuestren...

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