Policías en la cultura popular

Por Luis R. Trelles.Especial El Nuevo Día

Ahora, con el reciente informe del Departamento de Justicia Federal sobre los abusos de este cuerpo, la policía vuelve a ocupar un espacio protagónico en la discusión pública. En la cultura popular, sin embargo, ese espacio ha sido constante.

"No necesitamos un informe de los federales que nos diga que la policía viola los derechos de la gente", señala el antropólogo cultural Ramón López. "Hace 100 años que la plena lo está diciendo".

Estribillos como "no, no, no, don Pacheco, guardia insular/yo voy a la corte juvenil, yo quiero apelar" se repiten en la historia de la plena. En el primer encuentro con la música que servía de crónica social del pueblo, la policía sale mal parada.

"Para los sectores populares, el policía no era amigo, no era de confianza", enfatiza López, cuyo libro "Los bembeteos de la plena puertorriqueña" estudia la evolución del género.

La uniformada no siempre se ha visto como un ente atropellador. El guardia inepto y atolondrado es un personaje tan viejo como la televisión puertorriqueña.

En el programa de Gaspar Pumarejo, una de los personalidades pioneras del medio, aparecía un personaje cómico de policía interpretado por Luis Aguad, un actor enano que luego pasaría a mayor fama como "el enanito de la Holsum".

Para el experto en cultura popular Miguel López Ortiz estos personajes de la música y la televisión comparten unas características esenciales: "intentan hacerse los machazos e imponer la autoridad, pero eran torpes y uno los podía coger de bobos con mucha facilidad".

Esa es la línea que siguen los dos guardias más famosos de la televisión puertorriqueña: el "policía Pichón" de William Agosto y el que interpretaba Tito Negrón en el programa "Wilson Wilson". Muchos comediantes del País, desde el Gángster en "El Cuartel de la risa" a Raymond Arrieta, han desarrollado sus propias versiones del guardia de la esquina.

De payaso en la pantalla chica el guardia pasó a ser "el míster con macana" en los 60 y 70. La canción de protesta del cantautor Roy Brown fue emblemática de una época sumamente polarizada, marcada por encuentros violentos entre universitarios y la fuerza de choque.

"La producción cultural de la juventud rebelde ve a la policía como un ente fascistoide", subraya la Dra. Silvia Álvarez Curbelo, profesora de comunicación en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. "Toda esa trayectoria de ver a la policía como enemigo trágico y perverso culmina en el Cerro...

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