Horrenda modalidad de decapitar a las víctimas

Por Javier Colón Dávila

jcolon@elnuevodia.com

Alguien, según conocedores, quiere enviar un mensaje: las cosas aquí se están poniendo como en las sangrientas guerras de carteles en México y América Central. "Esto es una firma. Esto es una señal", dijo el jefe de la Región Policiaca de Carolina, el comandante Carlos Miranda.

El último caso se produjo ayer. Dos hombres fueron asesinados en el residencial Los Mirtos en Carolina y sus cuerpos lanzados en el sector El Gandul del mismo municipio. Uno de los occisos fue decapitado. Su cabeza fue hallada horas después a unos 15 pies del cuerpo, dentro de una bolsa negra.

Una noticia como esta, dijeron dos estudioso del crimen, tiene efectos inmediatos en la población: el horror y el temor de que le pueda pasar lo mismo si coopera.

Es evidente, dijo el profesor de criminología José Raúl Cepeda, que al criminal que comete estas atrocidades no le importa dejar "su firma" en la víctima. "El Gobierno apostó a que si involucraban a los federales los gatilleros se iban a intimidar, y el mensaje es que a los gatilleros no les importa", indicó.

Cepeda mencionó que a los sicarios "les hace sentirse poderosos" ver a una persona "brincar" cuando lo ejecutan. "No solo te mato, sino te arranco la cabeza y la prensa me dará más cobertura".

Por su parte el doctor Víctor García...

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