Por los que ya no están

ABRAHAM LINKEWER

PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE COMERCIO PUERTO RICO-ISRAEL

¿Y qué ha pasado desde entonces? El líder iraní sigue en el poder, como también siguen sus amenazas. Y sigue también su conquista nuclear que le va a facilitar la destrucción masiva que ha prometido. Occidente sigue callado, intentando buscar reuniones amigables con quienes, ahora también, vaticinan el fin de Estados Unidos.

El presidente Barack Obama no tiene problema en buscar cualquier camino que evite tropiezos en su carrera política hacia la reelección y el poder por el poder mismo.

Su ambición conlleva la amenaza nuclear para Israel y Arabia Saudita, y la futura invasión persa a Irak, donde dejamos miles de millones de dólares y miles de norteamericanos muertos. Eso parece no ser suficiente problema. Prometerá resolverlo el próximo año, como lo prometiera al presidente ruso. Nada que lo preocupe antes de noviembre.

La alfombra roja se ha instalado en la puerta principal de la Casa Blanca: una delegación de Egipto se ha presentado para jurar sobre una estiba de coranes que los Hermanos Musulmanes es tan pía como una hermanita de la caridad, y que su partido Justicia y Libertad sólo quiere el bienestar de sus miembros islámicos. Claro que la justicia que van a promulgar es la de la "sharia", aquélla que mata a pedradas a las mujeres y corta las manos de los niños que por hambre roban un mendrugo de pan.

¿Y qué de la libertad, libertad para protestar, libertad para la mujer? La libertad que ellos entienden: la libertad de servir a esos imanes que promueven la jihad, la guerra santa.

O la libertad de entregar a sus hijos con una bomba anudada a su cintura para destruir a los infieles, y morir en el camino al grito de "Allahu Akhbar".

Hoy se rememora el Holocausto de esos millones de judíos y muchos otros inocentes caídos bajo el nazismo. Ese miserable iraní alega que el Holocausto es una fábula. Ojalá lo hubiera sido y los 21 miembros de mi familia, hombres, mujeres y niños, hubieran sobrevivido. Los abuelos que nunca conocí, los bisabuelos de mis nietos.

Monseñor Williamson, entonces director del Seminario Católico de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR