Crímenes sin explicación

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

Tampoco hay explicaciones claras para el ataque a disparos que terminó ayer con la vida de Stephano Cornelis Steenbakkers Betancourt, más allá de la simple intención de arrebatarle la guagua Lexus que conducía por Dorado. Su única "resistencia" había sido continuar su marcha pese a que los sujetos que lo perseguían habían chocado su vehículo.

Estos son solo dos de los casos que en las últimas semanas han estremecido al país en lo que parece ser una racha de asesinatos en circunstancias que normalmente no implican una muerte.

Se trata de una situación que mantiene preocupada a la Policía, según el comandante Pedro Sánchez, segundo al mando en la Superintendencia Auxiliar de Operaciones Especiales.

Según explicó, la situación ha sido trabajada cambiando los patrones de patrullaje preventivo y añadiendo recursos, inclusive federales, en las investigaciones criminales donde no hay un panorama claro en torno a la razón del asesinato más allá del móvil que es clasificado según las circunstancias del delito, como en medio de un robo o un "carjacking".

En los reportes estadísticos de la Policía no hay una clasificación específica para estos asesinatos "viciosos". Muchos de los casos más recientes ocurrieron en medio de robos y "carjacking", delito que en el sistema de justicia federal puede llevar a la pena de muerte al asesino, de ser encontrado culpable.

Las estadísticas de la Policía en cuanto al móvil de los crímenes reflejan que desde inicios de este año hasta el 26 de junio, se reportaron 25 muertes violentas en medio de robos y 3 durante "carjackings".

El jefe de la División de Homicidios de Bayamón, José Luis Ortiz, señaló que en la mayoría de estos casos los asesinos cometen los crímenes mientras están bajo los efectos del crack o medicamentos vendidos en el bajo mundo como Xanax o Percocet.

No necesariamente se trata de adictos a estas sustancias, sino que las usan para minimizar las inhibiciones al momento de cometer el delito.

"Es algo que se ve mucho. Cuando van a cometer el crimen se 'empepan' para perder las inhibiciones y hasta la conciencia de lo que hacen", dijo Ortiz.

En ocasiones el crimen ocurre durante la retirada del efecto del crack en el cuerpo, señaló, por su parte, Reynaldo Jiménez, jefe de la División de Homicidios de Arecibo.

"En el caso de que sean adictos, cuando se les va el efecto se ponen agresivos y hacen lo que sea para encontrar la forma de conseguir más droga"...

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