De virtud sin manchas

FÉLIX OJEDA REYES

INSTITUTO DE ESTUDIOS DEL CARIBE DE LA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO

Escritor de alto vuelo, orador excelente, íntegro, siempre fiel a la amistad, Meriño se ordenó de sacerdote en 1856. Un año más tarde fue electo al Congreso y, en 1858, servía en la catedral dominicana donde los feligreses admiraban su palabra fogosa y persuasiva.

Betances, un librepensador de ideas radicales, conoció a Meriño mucho antes del Grito de Lares, cuando el religioso predicaba en Puerto Rico luego de ser expulsado de su país por condenar la anexión de la República a España. En carta al doctor Basora esto escribe Betances sobre Meriño: "Hombre de una virtud sin mancha, de sentimientos puramente evangélicos. de talento superior, este hombre está con nosotros porque nos quiere, porque estamos oprimidos y porque sus ideas. no pueden estar de acuerdo con la dominación española. Lo estimo y lo quiero sobremanera. Ya ves que un cura que obtiene de mí semejante declaración, debe tener algo que merezca ser considerado. Dispuesto a desembarcar con nosotros. Cuando queramos".

Y cuando Segundo Ruiz muere en Valparaíso, Betances compromete a Meriño en una misión muy particular: averiguar si fue natural el deceso, pues algunos creían que el patriota de Hormigueros había sido asesinado por agentes españoles. Lamentablemente, aquellas gestiones no prosperaron. Algunos familiares de Ruiz se negaron a contribuir con el dinero que se les solicitó.

A veces una pequeña acción, noble, digna, hace conocer mejor a un personaje nuestro. En 1867 el cura dominicano formó parte del Comité Revolucionario de Puerto Rico. Es decir, que Meriño, uno de los presidentes más distinguidos de la nación dominicana, intervino en la alta dirección del movimiento revolucionario que culminaría con el Grito de Lares. Mucho más, Meriño estaba dispuesto a luchar contra el coloniaje en nuestra Isla cuando Betances se lo ordenara.

Curiosamente, las armas del independentismo boricua -igual que en Cuba- también se emplearon para combatir la dictadura de Buenaventura Báez cuando Quisqueya iniciaba, en 1869, su guerra contra la anexión a Estados Unidos. No extraña, entonces, que a principios de la década de 1880 a Betances se le nombrara primer secretario de la Legación de la República Dominicana en Francia y encargado de sus negocios en Londres y Berna.

Las voces de Félix Collin de Paradis, plenipotenciario de la República Dominicana ante la Santa Sede, junto a la de Betances, se hicieron sentir...

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