VIDAS QUE SON FAROS

Por Yaritza Santiago Caraballo

ysantiago1@elnuevodia.com

Vieques - A simple vista, Milivy Adams era una niña normal. Le encantaba la playa, entretenerse con juegos de vídeo y correr como cualquier otro niño de su edad.

Pero en su interior un agresivo cáncer conocido como neuroblastoma le robaba poco a poco su vida. Tenía apenas cinco años cuando el 27 de noviembre del 2002 perdió la batalla contra esta enfermedad que le fue diagnosticada cuando tenía dos años.

Su padecimiento a tan temprana edad la convirtió en símbolo de la lucha que dio el pueblo de Vieques para sacar a la Marina de Guerra de Estados Unidos de la Isla Nena. Un campamento de desobediencia civil llevó su nombre.

Han pasado 11 años desde su partida y su padre José Emilio Adams está seguro de que la enfermedad se debió a la contaminación en Vieques, producto de las prácticas bélicas que allí realizaba la Marina.

"En Vieques la contaminación es demasiado, todo el mundo tiene cáncer", sostuvo este padre de 35 años.

El cáncer en Milivy, que para aquel tiempo era su única hija, inició en el estómago y se regó por todo su cuerpo, hasta llegar al cerebro. Por su etapa avanzada, los médicos en Puerto Rico desahuciaron a la pequeña.

"Me fui a Filadelfia donde conseguí un doctor francés que le empezó un tratamiento nuevo con quimioterapias que eran lo último. Supuestamente la limpiaron, ya no tenía cáncer. Pero, al tiempo, el cáncer volvió más agresivo en el cerebro. Le creció...

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