Danza con propósito

Por María Ivette Vega Calles

maria.vega@gfrmedia.com

Desde clásicos como Top Hat (1935) y Singin' in the Rain (1952) a otros como Saturday Night Live (1977) y Dirty Dancing (1988) y más recientes como Stomp the Yard (2007), la disciplina artística ha sido parte esencial de la trama.

La boyante industria cinematográfica dominicana se aventuró a realizar la primera película dramática musical, que cuenta la historia de un talentoso bailarín.

A ritmo de fe es el nombre de la cinta, que comienza a exhibirse hoy en 25 salas de Caribbean Cinemas, a través del País.

Aunque el nombre hace referencia a un concepto religioso, no se debe calificar como una producción cristiana, pues el tema se trabaja de forma sutil.

El enfoque de la historia está puesto en Juan Pérez (Hayrold Abreu), un joven con trasfondo humilde cuyo talento es tan grande como su ego.

La mezcla de las frustraciones que lo rodean por no poder darle una mejor calidad de vida a su abuela Lupe (Marquis Leguizamon), y la prepotencia en la que se ha recostado por considerar ser el mejor bailarín, han hecho del joven una persona difícil de tratar.

La película presenta la dura vida de la clase marginada, desde la primera escena en la que Juan tiene como rutina levantarse a las 5:00 de la madrugada y prender un quinqué por falta de luz eléctrica.

Sin embargo, su pasión por el baile y escenas de barrio en que niños se le acercan en la calle para intercambiar movimientos urbanos, dan un matiz de positivismo ante la adversidad.

La película transcurre entre la casa de Juan, su academia de baile y una feria, donde realiza un espectáculo como bailarín principal.

El conflicto principal de la cinta es la falta de dinero de Juan y su abuela, que los hace atrazarse en...

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